LOS NIÑOS EN EL HOGAR

 LOS NIÑOS EN EL HOGAR

     Aprendemos que uno de los propósitos de Dios para el Hogar es la compañía. Del libro de Génesis aprendemos que Dios tiene otro propósito para el Hogar, que es la procreación o la propagación de la humanidad.

"Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra".               (Génesis 1:27-28).

Dios quiso que “dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24) para que tuvieran hijos. Vemos que Adán y Eva (el primer Hogar) obedecieron el propósito de Dios para el Hogar y tuvieron hijos. “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Y dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra” (Génesis 4:1-2).

Los hijos son una de las mayores alegrías de la vida. El salmista dijo: "He aquí, herencia de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos de la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no serán avergonzados, sino que hablarán con los enemigos en la puerta"  (Salmos 127:3-5). El sabio dijo: "Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres" (Proverbios 17:6).

Cuando un hombre y una mujer tienen intención de casarse, deben saber qué piensa su futuro cónyuge sobre la procreación y la crianza de los hijos. Hay quienes, por la razón que sea (demasiado ocupados, demasiado egoístas o simplemente no quieren asumir la responsabilidad), simplemente no quieren tener hijos. Antes de casarse, averigüe qué piensa su futuro cónyuge sobre los hijos.

El hecho de tener hijos también trae responsabilidades muy importantes para los padres y las madres hacia sus hijos. Pablo ordenó: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadl mios en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4). Los padres también tienen la grave responsabilidad de sustentar o proveer para las necesidades de sus hijos. Pablo dijo: “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”                  (1 Timoteo 5:8). Pablo también enseñó que las mujeres mayores deben enseñar a las mujeres más jóvenes “a amar a sus hijos” (Tito 1:4).

Con demasiada frecuencia los padres y madres no cumplen con las obligaciones que tienen respecto a sus hijos, pecando así contra Dios. Sin duda, ser padre o madre de hijos implica mucho más que simplemente producirlos.

Por: Carles