¿CONFÍAR EN LA PALABRA DE DIOS?
Ya sea que tengan 5 o 50 años, ¿saben sus hijos que pueden confiar en la Palabra de Dios?
Piensa por un momento antes de responder esa pregunta. Con demasiada frecuencia, los niños aprenden la Biblia de manera similar a como estudian un libro de texto. Leen y aíslan pasajes y varias Escrituras, memorizando los versículos que se repiten con más frecuencia. Es posible que algunos incluso tengan un buen conocimiento práctico de la forma en que está organizada la Biblia.
¿Pero realmente buscan en ello guía y fortaleza? En muchos hogares la respuesta a esa pregunta es no. Muchos niños llegan a una edad en la que la duda y el escepticismo interfieren con su relación con Dios. Y, como tal, su confianza en las verdades encontradas en la Palabra de Dios se vuelve insignificante y terminan alejándose del cristianismo neotestamentario. En (Juan 17:17) leemos: "Santifícalos en tu verdad". Tu palabra es verdad."
Una forma de combatir la duda y el escepticismo es desafiar las supuestas discrepancias y contradicciones que los ateos afirman que existen en la Biblia.
Por ejemplo, (Mateo 28:1) registra: "Después del sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron al sepulcro". De este pasaje parece seguro suponer que estas dos Marías fueron al sepulcro. Pero ¿qué pasa con la historia de Juan en la que se nos cuenta: "El primer día de la semana, María Magdalena fue por la mañana al sepulcro..." (Juan 20:1)?
La segunda María no se menciona. Si eso no fuera lo suficientemente confuso, Marcos agrega otro nombre a la mezcla: "Después del sábado, María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungirlo" (Marcos 16:1).
Entonces, ¿cuál de las dos historias es la correcta? ¿Son estos versículos contradictorios?
La respuesta es que todos tienen razón. Algunos escritores bíblicos optan por dar más información que otros. Técnicamente hablando, esto se llama suplementación, y suplementación no equivale a contradicción. Otro ejemplo de esto lo podemos encontrar en los relatos evangélicos del arresto de Jesús, donde se nos dan varios datos sobre el siervo del Sumo Sacerdote a quien le cortaron la oreja.
La mayoría de la gente comprende fácilmente que el mensaje suele cambiar según la audiencia. Por ejemplo, suelo cambiar mis lecciones según la edad y el nivel educativo de mi audiencia. De manera similar, si se pidiera testificar a cuatro testigos presenciales de un accidente automovilístico, probablemente todos agregarían detalles diferentes al explicar el mismo incidente.
Cuando nos encontramos con pasajes como el anterior, debemos recordar que los escritores escribieron a diferentes grupos de personas y enfatizaron diferentes aspectos. Esto de ninguna manera hace que la Biblia no sea confiable. ¡Arma a tus hijos para la batalla!
Por: Carlos Benavides
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