¿ SOMOS SALVOS POR LA FE SIN OBRAS ?
El tema de la fe y las obras es completamente bíblico, de vital importancia y sobre el cual se enseñan muchos errores. Analicemos brevemente la fe y las obras a la luz de las Escrituras. Anote los pasajes bíblicos y léalos con oración en su propia Biblia.
Para comprender mejor la fe y su influencia en quienes verdaderamente la poseen, lea (Hebreos11:1) «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve». El apóstol Pablo dice en (Romanos 10:17) «La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios».
Así pues, la palabra de Dios nos habla del propósito de Dios para nuestras vidas y de sus deseos respecto a nuestro destino eterno. Nos habla del comienzo perfecto del hombre, de su caída en el pecado al seguir el consejo de Satanás y de la esclavitud del hombre al pecado hasta que es redimido por un Salvador. La palabra de Dios nos dice cómo Jesucristo murió: «el justo por los injustos, para llevarnos a Dios», y cómo podemos tener salvación en él (1Pedro 3:18). La palabra de Dios también nos habla del cielo como el gran hogar que podemos esperar gracias a nuestra confianza, o fe, en Cristo y gracias a nuestra obediencia a él (Hebreos 5:9).
Ahora bien, si "la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve", y si esta "fe viene por el oír la palabra de Dios", entonces vamos a aceptar lo que Dios dice como verdad, responder a lo que Él manda como necesario para nuestra salvación, esperar el cumplimiento de Sus promesas y aceptar Su palabra como evidencia acerca de los reinos invisibles del cielo y del infierno.
(Hebreos 11) , es el relato inspirado por Dios de cómo los hombres y mujeres sintieron, actuaron, obedecieron y vivieron según su fe en Dios. Algunos enseñan que no hay lugar para las obras en la salvación; que todo es cuestión de fe, y solo de fe. La Biblia enseña claramente que el hombre no se salva por las obras de la ley de Moisés (Romanos 3:28; Gálatas 2:16). Tampoco se salva por sus propias obras como si estas pudieran justificarlo (Efesios 2:9). Pablo dijo en (Filipenses 3:9) , que quería estar en Cristo, «no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe». Ahora, para ver cómo tener esa justicia que es por la fe, lea (Hebreos 11:7) "Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por la fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que es por la fe".
La Biblia es muy congruente: si una persona tiene fe, la manifestará con sus actitudes y acciones, tal como Dios lo prescribe. En (Santiago 2:22) , la respuesta de fe de Abraham se describe así: "¿Ves cómo la fe actuó con sus obras, y cómo por las obras se perfeccionó la fe?".
Si una persona tiene fe, esperanza o amor, actuará en consecuencia. La fe y las obras van de la mano cuando uno responde con confianza y obediencia a Dios. Esta creencia y respuesta se ven claramente en la gran comisión de Jesús a sus apóstoles (Marcos 16:15-16). «Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado». El apóstol Pablo también dijo a los cristianos de Galacia (Gálatas 3:26-27) «Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos». Al leer (Hebreos 11) , observen con qué firmeza este gran pueblo de Dios fue movido por su fe a la voluntad de Dios. La comprensión de este principio motivó a Santiago a decir: «Veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe» (Santiago 2:24). Es la fe obediente la que salva.
Por: Carlos Benavides
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