IGLESIA DE CRISTO

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ESTUDIOS BÍBLICOS

viernes, 17 de enero de 2025

UNA BATALLA HACIA UNA BENDICIÓN

  UNA BATALLA HACIA UNA BENDICIÓN 

El (Génesis 32) registra una de las historias más extrañas del Antiguo Testamento, en la que Jacob lucha con un hombre misterioso durante toda una noche. Jacob es uno de los antepasados ​​de nuestra fe, pero antes de esta lucha, no era mucho más que un mentiroso y un ladrón. Recuerda (Génesis 27) , donde Jacob robó la primogenitura y la bendición de su hermano gemelo, Esaú. Más tarde, Jacob se disfrazó de su hermano gemelo y mintió descaradamente a su padre moribundo para robarle la mayor herencia. Esaú juró que mataría a su hermano después de la muerte de su padre, lo que provocó que Jacob huyera de su hogar. Jacob pasó los siguientes 20 años con su suegro, Labán, donde continuó siendo engañoso y obstinado. Pasaron muchos años, y Jacob ahora es un hombre rico. Tiene una familia numerosa y grandes rebaños, y ahora debe huir de la casa de su suegro bajo el mandato del Señor. Jacob decide regresar a su hogar natal, donde creció, pero eso significa enfrentar el engaño que le infligió Esaú. Mientras él y su familia regresan a casa, Jacob se entera de que Esaú está al otro lado del campo, dirigiéndose directamente hacia él con 400 hombres. Jacob teme por su familia, así que los envía en grupos separados mientras él se queda y ora a Dios. 

Bien entrada la noche, mientras oraba con fervor, un hombre apareció en el campamento de Jacob y ambos iniciaron una lucha que duró toda la noche. (Génesis 32:22__31) registra esta extraña historia. En algún momento de la lucha, Jacob pareció llegar a la conclusión de que no estaba luchando contra un hombre terrenal, sino contra un ser celestial. Así, Jacob pasó de atacar a este hombre a simplemente aferrarse a él y pedirle una bendición. El ser celestial le dijo a Jacob que lo soltara, pero Jacob se negó a soltarlo hasta recibir una bendición. Jacob ahora vio que lo que antes creía que era una batalla, en realidad resultó ser una oportunidad para una bendición. 

Muchas veces en la vida podemos experimentar miseria, dolor y angustia. Podemos sentir que no lo merecemos. Tal vez le preguntemos a Dios "¿Por qué me está pasando esto?". Si estás en esta situación, deja que la extraña historia de la lucha de Jacob te sea un consuelo. Esta historia nos enseña que muchas de las grandes pruebas de la vida pueden convertirse en bendiciones si simplemente nos aferramos a Dios. La lucha de Jacob comenzó en conflicto, pero terminó en una bendición. Como sabemos por el ejemplo bíblico o por experiencia, todo el pueblo de Dios experimentará dificultades. Pero ten fe en que a veces nuestras mayores pruebas pueden convertirse en bendiciones si simplemente nos aferramos. (Santiago 1:2) Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando se encuentren en diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce paciencia. Y que la paciencia tenga su pleno efecto, para que sean perfectos y completos, sin que les falte nada.    

Otro versículo que nos reconforta en las pruebas se encuentra en (Romanos 8:28)       «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados». Este versículo promete que, si nos mantenemos fieles a Dios, él tomará cada acontecimiento de nuestra vida, tanto positivo como negativo, y lo transformará en nuestro bien supremo. Este versículo NO dice que todo lo que nos sucede en la vida será positivo, feliz y gozoso. Lo que dice es que todos los acontecimientos de nuestra vida, tanto buenos como malos, nos ayudarán a alcanzar nuestro bien espiritual si nos mantenemos fieles a Dios. Muchos hemos experimentado alguna prueba que parecía casi imposible de superar. Pero más adelante, a veces meses o incluso años después, al recordar ese desafío, prueba o tribulación que soportamos, podemos ver claramente cómo Dios obra para nuestro bien espiritual. Pensemos en Jacob. Durante la lucha libre, el ser celestial se inclinó y le descoyuntó la cadera, lo que hizo que Jacob cojeara por el resto de su vida. Y sin embargo, aquella prueba física se convirtió en una bendición para Jacob, porque desde aquella lucha en adelante, él ya no era obstinado ni engañoso.

Jacob pudo reconocer que esta batalla, una prueba de su carácter y fortaleza, era en realidad una oportunidad para crecer y ser mejor para Dios. Como cristianos hoy, podemos beneficiarnos enormemente al reconocer que Dios siempre obra para nuestro bien, incluso en los momentos difíciles. Podemos encontrar gran consuelo al confiar y aferrarnos a Dios cuando enfrentamos dificultades, pruebas y desafíos, porque sabemos que Dios convierte nuestras batallas en bendiciones.


 Por: Carlos Benavides 

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