IGLESIA DE CRISTO

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ESTUDIOS BÍBLICOS

miércoles, 29 de noviembre de 2023

¿ PORQUE NO AYUNAMOS ?

 "¿POR QUÉ NO AYUNAMOS?"

En una clase Bíblica reciente como estábamos considerando Hechos 14:23 con respecto a los ancianos en la iglesia primitiva, algunos llamaron la atención al hecho de que el pasaje también menciona la oración y el ayuno y preguntaron ¿por qué no ayunamos hoy día? Miembros de la clase fueron asignados para ver lo que ellos pudieran encontrar acerca del ayuno con los resultados para ser discutidos la semana siguiente. En vista de que este no es un tópico frecuentemente discutido, quizás será de interés para los lectores de este periódico.

El término “ayunar” simplemente significa abstenerse de comer o beber por un período de tiempo más largo que el tiempo normal entre las comidas. Podría ser por un intervalo relativamente corto (Jueces 20:26) o por varios días (Ester 4:15-16). Podría ser también una acción pensada de parte del que se abstiene (Hechos 13:2) o necesitado por la falta de comida, por tanto, es el resultado de las circunstancias inmediatas (1 Cor. 4:11; 2 Cor. 6:5; Mateo 15:32). También podría ser la abstinencia total o “abstenerse de lo acostumbrado y de los alimentos seleccionados” (Thayer sobre Mateo 11:18). Las ocasiones que incitaron a los ayunos premeditados fueron varias, como lo veremos un poco más tarde. Un ayuno podía ser también individual (2 Sam. 12:16) o una acción de grupo (2 Crón. 20:3).  


El Origen del Ayuno

Un comentario interesante aparece en Crudent’s Concordance: “El ayuno ha estado muy en uso en todas las épocas, y en todas las naciones, en tiempos de aflicción, dolor, y tristeza...No hay ejemplo de ayuno, propiamente llamado, para ser visto antes de Moisés; no obstante es presumible que los patriarcas ayunaron, en vista de que vemos que hubo muy grandes aflicciones entre ellos, tales como la de Abraham por Sara, Gén. 23:2; y la de Jacob por su hijo José, Gén. 37:34.”  

El primer ejemplo de ayuno ordenado sobre Israel fue ese del día de la expiación, el décimo día del séptimo mes. Es llamado “afligir el alma” (Lev. 16:29-30; 23:27-28; Isa. 58:3,5). Debía ser observado tan estrictamente en ese día como lo era el de la cesación de cualquier trabajo (Lev. 23:29-32). Para el tiempo de Jeremías, se refirió a esto como “el día del ayuno” (Jeremías 36:6) y más tarde simplemente como “el ayuno” (Hechos 27:9). Moisés no mandó otros ayunos, aunque la práctica del ayuno se volvió más general con el paso del tiempo.


La Expansión de la Práctica

En vista de que ningún otro ayuno fue mandado por la ley, únicamente podríamos desear saber cómo la práctica se volvió más general. Quizás en vista de que el día de la expiación era uno de tal solemnidad y de “aflicción del alma,” la práctica fácilmente llego a estar asociada con las otras ocasiones de aflicción, tristeza y dolor ya fuera de un individuo o de la nación Hebrea. Parece haberse desarrollado como una respuesta a parte de aquellos enfrentando penalidades, en profunda penitencia, buscando desviar la calamidad nacional, o profundamente implorando a Dios acerca de otros asuntos. Consideraremos algunas ilustraciones de esto.

Enfrentando penalidades. Cuando Israel huyó delante de la presencia de los pocos hombres de Hai, “Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas” (Josué 7:6). Estando sobre su rostro delante de Jehová “hasta caer la tarde” es pensado por algunos que infiere que ellos ayunaron por lo menos parte del día en cuestión, David ayunó 7 días mientras su hijo con Betsabé, la esposa de Urías, estaba enfermo (2 Sam. 12:15-23).

Profunda Penitencia. Esdras ayunó por algún período de tiempo cuando se apesadumbró por la gran transgresión de Israel en el acto de tomar esposas extranjeras (Esdras 10:6). Véase también Neh. 9:1-2.

Cuando Israel expulsó a Balaam y a Astarot ante la insistencia de Samuel, ellos “ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová hemos pecado” (1 Sam. 7:6). Y en los días de Joel, a través de él, Dios imploró “convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloró y lamentó.” (Joel 2:12).

En su conflicto civil con Benjamín, después de una fuerte pérdida en la batalla y no sabiendo si sí ó no apoyar el esfuerzo de combate, “todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Dios, y ayunaron aquel día hasta la noche...” (Jueces 20:26-28). Y Saulo de Tarso, durante sus días de penitencia, “no comió ni bebió” durante tres días (Hechos 9:9).

Para Desviar una Calamidad Nacional. Cuando Judá estaba bajo ataque por Moab, el rey Josafat proclamó un ayuno por la nación (2 Crón. 20:3-4). Mas tarde, cuando Mardoqueo le pidió a Ester para interceder por los Judíos ante el rey de Persia, ella se opuso por medio de sugerir tres días de ayuno para él y los Judíos en Susa mientras ella y sus doncellas también ayunaban antes de ir donde el rey sin invitación para buscar el favor de los Judíos (Ester 4:15-17). Y para prevenir la destrucción de Nínive amenazada por Jonás, “los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de silicio...” (Jonás 3:5). En su esfuerzo por llamar la nación al arrepentimiento y prevenirlos de la devastación de la cual les estaba advirtiendo, Joel exhortó al pueblo a “Proclamad ayuno, convocad a asamblea” (Joel 1:14; 2;12,15).

Cuando profundamente imploraban a Dios. Ana, cuando estaba implorando a Dios por un hijo, “lloró, y no comía” (1 Sam. 1:7-18). Esdras, preparando dirigir un grupo de cautivos desde Babilonia a Judea, “Los reuní junto al río que viene a Ahava” y “publiqué allí ayuno junto al río Ahaba, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes....Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio” (Esdras 8:15,21,23). Y de Ana la profetiza es dicho que ella adoró con Dios “sirviendo de día y de noche con ayunos y oraciones” (Lucas 2:37).

Es de ser notado de todo lo anterior que aunque solamente un ayuno fue verdaderamente mandado por Moisés, los muchos ejemplos de ayuno aparentemente se encontraron con la aprobación de Dios. Sin embargo, en los días de su apostasía, la nación Israelita fue reprendida por su ayuno hipócrita (Isa. 58:3-4). Ellos estaban externamente “humillando el alma,” pero “en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores,” y “no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto,” Isaías les exhortó.


Jesús y el Ayuno

En realidad, Jesús tuvo muy poco que decir acerca del ayuno. En Mateo 6:16-18, advirtió contra el ayuno hipócrita como Isaías lo había hecho. Al decir que no debía ser hecho para ser vistos de los hombres, indicó que el ayunar era un asunto privado entre la persona y el Padre. Una vez cuando se le preguntó acerca de por qué los discípulos de Juan y los Fariseos ayunaban amenudo pero Sus propios discípulos no ayunaban, Jesús declaró que un tiempo vendría en que ellos bien podrían ayunar, “cuando el esposo les será quitado.” De ésta manera muestra que el ayunar está asociado con la profunda tristeza o el remordimiento. Pero aquí una vez no sugirió que el ayuno se convirtiera en una ceremonia regular tipo de algo. La inferencia es que esto es un asunto privado. Además, en la parábola del vestido viejo y nuevo y de los odres, muestra que el ayuno (probablemente como un acto o ritual prescrito como tal de esa manera por los Fariseos) es una parte de la observancia antigua y no de la nueva la cual nos rige (Mat. 9:14-17; Marc. 2:18-22; Luc. 5:33-39).

En una ocasión cuando los discípulos fueron incapaces de arrojar un demonio y preguntaron por qué, Jesús respondió, “Pero este género no sale sino con oración y ayuno” (Mat. 17:21; Marc. 9:29). Sin embargo, este es un texto discutido. En algunas Biblias hay una explicación al pie de nota que dice, “Muchas autoridades, algunas antiguas, insertaron el v.21.” En Marcos 9:29, el pasaje dice, “Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.” Y nuevamente la explicación al pie de nota dice, “Muchas autoridades antiguas añaden y ayuno.”.

Como el Sr. Cruden dijo, “No parece por la propia práctica de nuestro Señor, o de algún mandamiento que diera a Sus discípulos, que instituyera algún ayuno en particular, o mandara alguno que se guardará fuera de la pura devoción.

Es verdad que Jesús mismo en el desierto “ayunó cuarenta días y cuarenta noches,” pero El no mandó tal cosa en Sus seguidores.


El Ayuno de los Cristianos Primitivos

No todo ayuno fue devocional. Ayunando, simplemente “no comiendo” fue algunas veces el resultado de las circunstancias, simplemente al no haber comida. Este fue el caso cuando Jesús alimentó a los cinco mil y nuevamente cuando alimentó a los cuatro mil (Mat. 15:32-38; Marc. 8:1-9; 6:33-44). Fue probablemente también el caso en alguien, sino de todos, del ayuno de Pablo (1 Cor. 4:11; 2 Cor. 6:5; Filip. 4:12), con la excepción del momento entre su visión de la luz en el camino a Damasco y la venida a él de Ananías cuando “estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió” (Hechos 9:9) y cuando los ancianos fueron nombrados en Listra, Iconio, Antioquía y Pisidia (Hechos 14:23). Si él estuvo entre aquellos que ayunaron en el funesto viaje a Roma es muy difícil de asegurarlo (Hechos 27:21,33).

Los ejemplos de ayuno de parte de los primeros Cristianos era aparentemente devocional. Sin embargo, hay únicamente dos ejemplos indisputables de tal ayuno, a mi conocimiento. De algunos en Antioquía de Siria, ya fueran los discípulos generalmente o los “profetas y maestros” específicamente, es dicho que “ayunaron” (Hechos 13:2-3). Y nuevamente como se notó arriba, cuando los ancianos fueron nombrados en el primer viaje de predicación de Pablo es dicho que “oraron con ayunos” (Hechos 14:23).

La declaración de Pablo en 1 Cor. 7:5 a los esposos y esposas con respecto a los derechos conyugales del matrimonio no estando contenidos “a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración” muy ciertamente indica algo de aire devocional. Pero “el ayunar no es encontrado en algunos de los manuscritos antiguos en este pasaje.

La referencia a Cornelio “que a esta hora yo estaba en ayunas” (Hechos 10:30) se mete en la misma dificultad, por que las notas al pie en las Biblias explicando este pasaje dicen que algunos omiten yo estaba en ayunas.  

Después de resumir las referencias al ayuno en el Nuevo Testamento, Zondervan’s Pictorial Bible Dictionary dice, “Hay, por tanto, en el Nuevo Testamento únicamente cuatro referencias indisputables al ayuno voluntario para propósitos religiosos, dos por nuestro Señor en los evangelios, y dos en los Hechos de los apóstoles. Jesús no desaprobó la práctica, pero no dice nada para mandárnosla. La iglesia apostólica la practicó, pero quizás únicamente como un traspaso del Judaísmo, en vista de que la mayoría de los primeros discípulos eran Judíos.”


¿Por qué no ayunamos? 

En vista de lo que hemos visto en este estudio, concluimos que mientras no hay nada inherentemente incorrecto en la práctica y que mientras uno pueda ayunar si así lo desea, permítase que eso sea un asunto privado. No hay bases en las que el ayuno como una ceremonia devocional pudiera ser impuesto a una congregación.  


Por : Carlos Benavides

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