Romanos 12:9
Buenas tardes, amada Iglesia de Cristo. Esta semana vamos a continuar el estudio de la Carta de Pablo a Los Romanos. Son ustedes bien venidos y les agradezco las muestras de agradecimiento que de parte de todos ustedes recibo. Tengan en cuenta que estos estudios están siendo vistos por cientos o miles de personas de todas partes, por lo cual os agradezco la que tengáis a bien hacer que nuestro trabajo no sea en vano. Oremos Hermanos.
Amado Padre: humildemente venimos a tu presencia buscando tu bendición para este estudio. Nos mueve, Padre, el deseo de obedecerte y cumplir esta misión preciosa a la que Tú, Padre Bendito, nos has destinado. Haz que no podamos esconder esta sabiduría debajo del almud. Haz, Padre que alumbremos por todo el mundo con más luminosidad que que ningún otro astro que esté prendido a los cielos. Abre nuestro entendimiento para que tu Verdad habite en él. Danos la potestad de poder agradarte. Te lo pedimos en el nombre bendito de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Romanos 12:9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno.
1Corintios 6:3. No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado;
Esto del amor fraternal es algo tan necesario de conocer que, los que no conocen este amor, no pueden agradar ni amar a Dios ni a nadie, al menos, con amor ágape (amor perfecto, amor de Dios). Sin embargo, pareciera que no acabásemos de comprender lo que el Señor nos dice acerca del amor. Esta defectuosa comprensión es la causa de todos los males, de todos los errores, de todos los pecados. Nos conformamos con el amor que nosotros hemos discernido de nuestra propia cosecha. Debemos agarrar el pensamiento de Dios y hacerlo nuestro pensamiento; el pensamiento de Dios debe ser nuestra guía inevitable. A veces decimos que el amor no deja de ser, no acaba, pero no nos damos cuenta que el amor verdadero tiene dos alas y para que se active o fluya necesita las dos alas. Sí, la tuya y la mía. Entonces el Señor será el motor que le haga permanecer. Muchos dicen que es el dinero la causa de todos los males y, si bien es cierto, no lo es menos que cuando hay amor ágape ni el dinero tiene poder alguno. Esa es la razón de que el primer mandamiento nos hable del amor a Dios y también al prójimo. Realmente, amados hermanos, todos los mandamientos de Dios están sujetos al Amor.
¿Qué es lo malo? Algunos dicen que que, para Dios, lo malo es lo bueno; porque todo lo que los hombres tienen por bueno, para Dios resulta malo. Esto es sencillamente “maldad”. Los que tales cosas dicen son hijos de Satanás. Porque no quieren entender, tuercen la verdad de Dios por medio de sus verdades y se niegan a razonar con el Espíritu de Dios. Malo es todo aquello que produce daño o bienes injustos. Como vemos, el amor, tiene mucho que ver con la Justicia y el Amor de Dios.
Miren, amados hermanos, sumar o resta, no siempre es una muestra de amor. Muchas veces sí, pero otras muchas no; todo va a depender de la intención de tu corazón. Esto es algo que solo ve Dios, afortunadamente. Nosotros nos convertimos en agentes de espionaje y de suposiciones y nos olvidamos de la gracia de Dios, por eso tenemos que recoger o recolectar lo sembrado. Si caemos en que la gracia de Dios es activada por el arrepentimiento, el juicio lo dejaremos para el Juez, y dejaríamos de producir daño y pérdidas de tiempo, el cual, estamos viendo que es escaso. Yo no tengo que prohibir nada ni permitir nada, eso solo puedo hacerlo conmigo mismo y siempre voy a necesitar la ayuda inestimable de Dios. Todas las personas, que consideramos pecadoras, constituyen también nuestro grupo de perdidos que hemos de darle la mano y la Palabra, es al grupo al que va destinado nuestro trabajo o misión; si es que creemos tener una misión y sabemos a quién servimos. El ejemplo es la ilustración de las Escrituras. La ilustración hace más amena la lectura, no nos cansamos de lo que leemos. Pero cuando decimos lo que no hacemos, rápidamente La Escritura sufre un gran descrédito y la gente se duermen con la Biblia en las manos “Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen” ved
1 Corintios 11:30 El creyente debe amar sinceramente. ¿Amamos así, nosotros? Debemos pensar en ello. El amor del que hablamos es un amor por todos los hombres. Sabemos que “el amor cubrirá multitud de pecados”. 1Pedro 4:8-9. No erremos en esto porque muchos llaman amor, a muchas cosas.
Corintios 13:1-13. Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. 2 Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. 3 Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
4 El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, 5 no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, 6 no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. 7 El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; 9 porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. 10 Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. 11 Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, 12 pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. 13 En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.
Debemos mostrar amor y respeto, interés y atención, cuidado y preocupación y todo, sin mostrarlo a dredes por un motivo así:
1. Buscando una ganancia
2. Buscando un favor
3. Buscando cumplir un deber
4. Buscando escalar posición
5. Buscando atraer la atención
6. Buscando promover nuestro ego
7. Buscando tomar la delantera
8. Buscando permanecer en ella
1 Juan 3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Señor y Padre nuestro: Gracias te damos por tu amor, por tu misericordia, porque tu aliento es nuestra vida u nuestra vida tuya igualmente. Por tu Palabra, Señor. Y es nuestro ruego que nos des la capacidad de ser ejemplo ante los que son llamados a tu Reino. Te lo pedimos en el nombre de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Romanos 12:9
Iglesia de Cristo. Os saludo. Nuevamente vamos a seguir con el estudio de la Epístola de Pablo a los romanos, este es el segundo tratado sobre el AMOR FRATERNAL.
Oremos, hermanos: Amadísimo Señor, venimos a tu presencia para pedir tu bendición. Ganar a los perdidos es nuestra gran misión y nosotros anhelamos servirte como Tú te mereces. Danos una fe poderosa, que como las águilas podamos volar alto, y que nuestros ojos se alumbren con tu luz. Queremos ser instrumentos en tus manos y eso te pedimos, en el nombre bendito de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Siguiendo con este interesante tema, creemos que los creyentes debemos seguir amando siempre lo bueno, esto es, practicando el amor ágape. Recordad amados que amor ágape es amor perfecto; amor de Dios. ¡Cuántos desastres han ocurrido en el mundo por la falta de este amor! Este Amor de Dios tiene la propiedad de evitar o mitigar todo dolor o sufrimiento. Y no digan nunca que no podéis amar con amor de Dios, porque no es cierto; Él derrama sobre todos nosotros, su amor inigualable, incluso sobre los malos, el Señor derrama su amor. Es una cuestión de decisión propia, por eso, la omisión de amar nunca será justificada. Nadie os engañe con otras filosofías que provienen de Satanás. En todo lo que no hay amor, no hay justicia ni agrado para Dios. Ustedes pueden ver lo que ha ocurrido a lo largo de la historia, está ocurriendo y, nos está profetizado, que hasta que Cristo venga, ocurrirá. Recordad que el Señor, mira en nuestros corazones y ve cual es nuestro propósito. Esta es una propiedad de Dios y no nuestra.
La palabra seguir (kollomenoi), significa unir, apegarse a, unirse a, con cemento o cola. Debemos apegarnos al bien y trabajar para que cada uno conozca el bien. No solo debemos desear el bien, sino practicarlo, para que nuestra omisión no constituya un tropiezo. Solamente podemos demostrar amor, amando
“Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced el bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es benigno para los ingratos y malos. Lucas 6:35.
“Y haced el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales cosas se agrada el Señor” Hebreos 13:16.
El cristiano genuino debe amar en gerundio, mostrando amor a sus hermanos en Cristo, siendo amables y afectuosos con ellos, con toda sinceridad. Pues, hermanitos, no siempre es así y todos sabemos que esto es cierto. Son muchas las veces que ponemos en cuarentena el amor de nuestros hermanos. Ciertamente podemos hacerlo siempre que no lo hagamos poniendo también el nuestro, para que no sean dos errores a la vez en lugar de uno. Recuerden que “el amor es sufrido y benigno” 1ª de Corintios 13:4. Somos una familia de Dios, hijos que hemos sido adoptados por Dios. Vean 2 Corintios 6:17-18; Gálatas 4:4-6. ¿Vosotros creéis que formamos una familia entre nuestros hermanos y hermanas? Si no es así debemos insistir en ello, no increpando a los demás, sino en gerundio; siéndolo. Siéntete familia como el padre de la parábola del hijo pródigo. Haz como si fuesen hermanos pródigos y engordad vuestro buey para la fiesta por la vuelta de vuestro hermano. Quizás ellos estén deseando volver. Ábranle los brazos de manera que entiendan que nunca los cerrasteis para abrazarle. Será una lección ejemplar y Dios se agradará de vosotros. No os crucéis de brazos, porque es una posición indigna para un hijo de Dios.
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios; santos y amados de Dios, de entrañable misericordia, de benignidad, humildad, mansedumbre y paciencia Colosenses 3:12.
No os conforméis a este tiempo y, poniendo toda diligencia, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.”
Hacemos un énfasis “poniendo toda diligencia”. Entonces, estar en la fe nos empuja a la diligencia y al esfuerzo para agregar a nuestra fe esas cosas de las que el apóstol Pedro habla. Y ¿quién tiene que esforzarse? Muy simple: nosotros, con la ayuda del Señor, pero esa ayuda no es coacción, sino un trabajar junto con nosotros.
No debemos permitir que el error de él sea potenciado por el nuestro. No he querido decir “Hermano”, porque he querido que entandáis que esto lo hemos de hacer con todas las personas. La omisión potencia los pecados. No podemos dormir ante el pecado; ni siquiera sentirnos enfermos o debilitados; ante el pecado no, porque tenemos espíritu de cobardía..
“sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2ª Timoteo 1:7
“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a nuestros hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 1ª Juan 3:14.
El creyente ama aborreciendo el mal no a la persona. Aquí se cometen muchos errores, Jesús comió con pecadores y la Palabra dice en algunos textos que, ni siquiera comamos con ellos. Este comer se refiere a los hermanos entre sí, pero debemos observar que el pecado del hermano rompe la hermandad y se aparta de Dios hasta ser cubierto de nuevo por Su gracia, después del arrepentimiento verdadero. Pero, hermanos, lo que no podemos es retirar su plato de comida de la mesa. Judas fue el primero que metió la mano en el plato por voluntad de Jesús. Jesús sabía que le había traicionado, pero le dio la oportunidad de caer en la cuenta de lo que había hecho, Por que Dios siempre da oportunidades. PERO LA RETIRADA DEL PLATO PUEDE SERVIR DE EXCUSA AL ERRADO. Judas pudo arrepentirse por el hecho de haberse sentado en una mesa donde el traidor era él, porque, si se hubiese examinado, no habría sido condenado. 1ª Corintios 11:31.
Quizás uno de los pecados que por el amor sean cubiertos, sea este; el de sentarse a la mesa con los pecadores, otra cosa sería participar en sus pecados, cosa que probablemente, hagamos, con mucha más licencia. Creo que resulta siempre, en cualquier mesa que alumbre la luz de la Verdad. Piensen en ello. El odiar o aborrecer tiene como fondo mucha aversión. En cambio, el amor, desea el bien para la gente siempre, porque agrada a Dios y es bueno para nosotros mismos. El amor odia el mal que lo descubre de la gracia y destruye la vida de las personas y de toda la Creación...
A. El mal produce hambre y pobreza.
B. El mal produce enfermedad, desesperanza y tristeza. Cuanto dolor y tristeza por lo que el mal propicia a las personas y a toda la naturaleza.
C. El mal llena la tierra de ofensa y dolor. Muchos son los que están obteniendo grandes ganancias insultando y degradando a os demás. Pero el que hace leña del árbol caído, viene a ser peor que el árbol que cayó.
D. El mal alimenta la ignorancia y la educación impía.
E. Por el mal es arrastrada la gente a las borracheras y a las drogas.
F. Por el mal llegamos a la desunión familiar en todos sus aspectos.
G. Por el mal las palabras sucias y subidas de tono acuden a nuestras bocas y lo emponzoñamos todo de maldición. Somos llamados a bendecir. Pero en nuestros desvaríos hemos llegado a aceptar la maldición graciosa como un halago o cosa de risa.
H. Por el mal somos aducidos a la vestimenta inadecuada y tentadora de tal manera que no se distinga la ramera o el ramero, de los puros y decentes.
I. Por el mal somos desviados a inmoralidad y al sexo destructivo.
J. A la conducta injusta e impropia.
K. Al egoísmo y la codicia. No seamos egoístas, no nosotros, porque el egoísmo no es más que el resultado de nuestra mediocridad, de nuestras limitaciones. Se sabe que los planetas gravitan alrededor del sol, pero nosotros creemos que lo hace alrededor nuestro. Esto nos lleva a pensar que el sol debe alumbrar solo para nosotros.
L. A la avaricia y el divisionismo. El divisionismo es cosa de hombres, que siempre os aparten ellos, no os apartéis vosotros y orad por los divisionistas, porque no son bendecidos por Dios.
M. A la corrupción y a la muerte eterna. La corrupción, amados, nos arrastra a toda clase de males.
N. Por el mal nuestra mente se llena de malignidad, no puede habitar los pensamientos malos y los buenos, porque los convierte en regulares; algo no aceptado por Dios, si aceptamos ese propósito.
No nos engañemos, debemos anhelar el bien vehementemente. Esta debe ser la norma general del creyente genuino: “Absteneos de toda clase de mal” 1ª Tesalonicenses 5:22
Por : Carlos Benavide
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