UNA BATALLA HACIA UNA BENDICIÓN
El capítulo 32 de Génesis registra una de las historias más extrañas del Antiguo Testamento, en la que Jacob lucha con un hombre misterioso durante toda una noche. Jacob es uno de los antepasados de nuestra fe, pero antes de esta lucha no era mucho más que un mentiroso y un ladrón. Recuerden que en Génesis 27 Jacob robó la primogenitura y la bendición de su hermano gemelo Esaú. Jacob luego se disfrazó como su hermano gemelo y mintió descaradamente a su padre moribundo para robar la herencia más grande. Esaú juró que mataría a su hermano después de que su padre muriera, lo que hizo que Jacob huyera de su hogar. Jacob pasó los siguientes 20 años con su suegro, Labán, donde continuó siendo engañoso y obstinado. Pasaron muchos años y Jacob ahora es un hombre rico. Tiene una familia numerosa y grandes rebaños, y ahora debe huir de la casa de su suegro bajo el mandato del Señor. Jacob decide regresar a su hogar original, donde creció, pero eso significa que debe enfrentar el engaño que le hizo Esaú. Mientras él y su familia viajan a casa, Jacob se entera de que Esaú está al otro lado del campo, dirigiéndose directamente hacia él con 400 hombres. Jacob teme por su familia, por lo que los envía en grupos separados mientras él se queda atrás y ora a Dios.
En plena noche, mientras Jacob estaba orando su oración más ferviente, un hombre apareció en el campamento de Jacob y los dos comenzaron una lucha que duró toda la noche. (Génesis 32:22__31) registra la extraña historia. En algún momento durante la lucha, Jacob pareció llegar a la conclusión de que no estaba luchando contra un hombre terrenal, sino contra un ser celestial. Y así, Jacob pasó de atacar a este hombre a simplemente aferrarse a él y pedirle una bendición. El ser celestial le dijo a Jacob que se soltara, pero Jacob se negó a soltarse hasta recibir una bendición. Jacob ahora ve que lo que antes pensaba que era una batalla, en realidad resultó ser una oportunidad para una bendición.
Muchas veces en la vida podemos experimentar miseria, dolor y angustia. Podemos sentir que no lo merecemos. Tal vez le preguntemos a Dios: "¿Por qué me está pasando esto?" Si estás en esta situación, deja que la extraña historia de la lucha de Jacob te sirva de consuelo. Esta historia nos enseña que muchas de las grandes pruebas de la vida pueden convertirse en bendiciones si simplemente nos aferramos a Dios. La lucha de Jacob comenzó en conflicto, pero terminó en bendición. Como sabemos por el ejemplo bíblico o por experiencia, todo el pueblo de Dios experimentará dificultades. Pero tenga fe en que a veces nuestras mayores pruebas pueden convertirse en bendiciones si simplemente nos aferramos. (Santiago 1:2) Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, pues sabéis que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Y que la paciencia tenga su pleno efecto, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte cosa alguna.
Otro versículo que nos ayuda a consolarnos en las pruebas se encuentra en (Romanos 8:28) ? “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Este versículo promete que, si permanecemos fieles a Dios, Él tomará cada evento que ocurra en nuestras vidas, positivo o negativo, y los hará obrar para nuestro bien máximo. Este versículo NO dice que todo lo que nos sucede en la vida será positivo, feliz y gozoso. Lo que este versículo dice es que todos los eventos de nuestra vida, tanto buenos como malos, obrarán para nuestro bien espiritual máximo si permanecemos fieles a Dios. Muchos de nosotros hemos experimentado una prueba en la vida que parecía casi imposible de sobrevivir. Pero más tarde en la vida, a veces meses o incluso años después, cuando miramos hacia atrás a ese desafío, prueba o prueba que soportamos, pudimos ver claramente a Dios obrando para nuestro bien espiritual máximo. Pensemos en Jacob. Durante la lucha libre, el ser celestial se inclinó y le quitó la cadera de su lugar, lo que hizo que Jacob caminara cojeando el resto de su vida. Y sin embargo, aquella prueba física se convirtió en una bendición para Jacob, porque desde aquella lucha en adelante, él ya no era obstinado ni engañoso.
Jacob pudo reconocer que esta batalla, una prueba de su carácter y fortaleza, era en realidad una oportunidad para crecer y ser mejor para Dios. Como cristianos hoy, podemos beneficiarnos enormemente al reconocer que Dios siempre está trabajando para nuestro bien supremo, incluso si los tiempos son difíciles en el momento. Podemos tener un gran consuelo al confiar y aferrarnos a Dios cuando estamos soportando dificultades, pruebas y tribulaciones, porque sabemos que Dios está convirtiendo nuestras batallas en bendiciones.
Por: Carlos Benavides
No hay comentarios.:
Publicar un comentario