IGLESIA DE CRISTO

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ESTUDIOS BÍBLICOS

jueves, 16 de septiembre de 2021

LOS BENEFICIOS DEL SUFRIMIENTO

 LOS BENEFICIOS DEL SUFRIMIENTO

El Sufrimiento puede ser o benéfico o destructivo para quien lo sufre. El resultadodepende sobre la reacción que uno tenga ante el. El sufrimiento puede llevar a uno, de la fe a la desesperación y al desaliento total, y de esta forma, alejarse de Dios. Por otro lado, el sufrimiento puede llevarnos a un examen de conciencia que resultará en el arrepentimiento del pecado, lo que, a su vez, lo llevará a uno a acercarse a Dios. Reaccionar al sufrimiento es muy parecido a la respuesta al reaccionar ante un atizador caliente: nos quemará o nos ayudará, dependiendo de si lo agarramos por el mango o por el extremo caliente. El sufrimiento puede dejarle a uno, cicatrices terribles si uno no reacciona ante el sufrimiento como Dios quiere que lo hagamos. Pero puede ser la fuente de múltiples bendiciones si uno reacciona adecuadamente. Del sufrimiento, Pedro dijo: En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, o alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. (1 Pedro 1:6-9). Pedro además dijo:Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. (1 Pedro 4:12-13).Los siguientes son algunos de los beneficios quepueden venir al que sufre (y tal vez a aquellos que observan su sufrimiento) siempre y cuando se reaccione al sufrimiento como Dios quiere que se haga. El Sufrimiento ayuda a quién sufre a Conocerse a sí mismo. Una de las necesidades más vitales del hombre es conocerse así mismo. El Salmista oró con estas palabras,Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.(Salmos 139:23:24 ) Cuando una persona no enfrenta ninguna granaflicción o sufrimiento, es fácil para él o ella pensar poco en su verdadera condición espiritual, tal como Dios la ve. Pero cuando los rigores y las pruebas de la adversidad y el sufrimiento se vuelven contra uno mismo para enfrentarse directamente a la verdadera condición de nuestro corazón y vida, la persona que sufre frecuentemente debe enfrentar la realidad de que carece de la fe, el amor y la dedicación de vida. Antes de involucrarse en la prueba severa (en la que él falló), Pedro se veía a sí mismo como una torre de fortaleza (Mat.26:31-35). Pero la prueba reveló lo que Pedro realmente era. Él encontró que en lugar de ser fuerte, era débil. De este modo, él falló en su prueba espiritual: Negó al Señor tres veces (Mat.26:69-74). Mientras uno, tenga una medida de riqueza, buena salud, familia amorosa, buenos amigos y buena reputación en apariencia, puede uno reclamar tener una gran fe y amor por el Señor. Pero ser sumergidos en las profundidades y los horrores del sufrimiento extremo puede parecer que uno se vea tristemente falto de fe y amor. Sin

embargo, es probable que uno aprenda lecciones más profundas de la adversidad. El largo camino del dolor y el sufrimiento es un salón de clases en la que se aprenden lecciones que no se pueden aprender en ningún otro lugar. Es por eso que a los hijos de Dios se les enseña a regocijarse en el sufrimiento. Los hombres algunas veces oran, como el Salmista lo hizo, “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos;Y vesi hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno” (Salmos 139:23-24). Puede ser que Dios le responda sus oraciones al permitirles ser puestos a prueba en lo crucial del sufrimiento. Este pude ser el caso del lector de este escrito. El Sufrimiento ayuda a quién sufre a lograr un conjunto adecuado de Valores. Es más fácil para e lhombre en medio de gran sufrimiento ver lo quer ealmente es importante y lo que no lo es. Un hombrecon buena salud puede decirse así mismo “La riqueza, la popularidad, la posición y el placer son las cosasmás importantes en la vida. Debo tener estas cosas.Trabajaré largas horas de cada día para conseguirlas”. Pero, para el hombre que se da cuenta de quepuede estar muriendo, la riqueza, la popularidad ydemás tienen poco atractivo. Los problemas de la vidageneralmente se ven muy diferentes para el hombrecuyo cuerpo está siendo consumiendo bajo losestragos de la enfermedad, de cómo se considera parael hombre con buena salud. Para la madre o el padre cuyos hijos están bien, un auto nuevo puede parecer la cosa más importante en la vida. Pero para la madreo el padre cuyo pequeño o pequeña está cerca de la muerte (a causa de una enfermedad o accidente), automóviles, acciones, bonos y asuntos comparativamente triviales tienen poca o ninguna consecuencia. Un hombre puede estar desesperado porque tiene muy poco dinero. Otro hombre (que ha perdido su salud) puede estar deseando fervientemente no tener ningún problema más que el problema del dinero. Cuando un predicador va a la casa de aquellos que han perdido seres queridos en la muerte, escuchapoco o nada de lo rica que era la persona fallecida. Más bien, escucha a la familia contar lo bueno quepueden recordar sobre el ser querido que se fue. Los asuntos que pueden parecer gigantescos enimportancia cuando uno tiene su salud, a menudo se desvanecen en el estatus de ser insignificantes cuando uno sufre una seria aflicción de adversidad. Para el que sufre constantemente, la pregunta de supremaimportancia generalmente es: "¿Está mi vida bien con Dios y con mi prójimo?”. El Sufrimiento ayuda quien sufre a ser Agradecido por sus Bendiciones. La persona promedio da como un hecho las bendiciones querecibe día a día. Da poca importancia a las bendiciones de su propia vida; su fiel y amorosa esposa; sus hijos,sus hermanos en Cristo, las diversas bendicionesfísicas de la vida (el alimento, la ropa, el refugio el agua, el aire), el privilegio de vivir en un país que provee la libertad civil donde los ciudadanos tienen el derecho a la vida, la libertad, la búsqueda de la felicidad; las bendiciones de escuchar el evangelio de Cristo y la promesa de la salvación (cf. Jn.3:16;Mar.16:15-16; Hech.2:36-38; Efe.2:8-9); el privilegio de orar por medio de Cristo; el privilegio de estudiar y practicar la Biblia; el privilegio de adorar.Es un ejercicio valioso para cualquier persona considerar en oración las bendiciones que posee en un momento dado y luego tratar de imaginar la situación que se produciría si de repente perdiera todas estas bendiciones. Luego se enfrentaría a la situación en la que su esposa, sus hijos, su riqueza, su hogar, sus amigos, su reputación, su salud y otras bendiciones le fueron arrebatadas. Se vería reducido a ser a un hombre que está gravemente enfermo, golpeado por la pobreza, sin una casa, ni migajas de carne, ni abrigo, en beneficio de su esposa, hijos, amigos y reputación. Cada persona debe contemplar cuidadosamente semejante situación y luego tratar de visualizar qué alegría llenaría su corazón si todas estas bendiciones le fueran devueltas de repente. ¡Cuánto más los apreciaría!De este modo, el sufrimiento ayuda a uno a ver el valor de las bendiciones que los hombres dan como un hecho que deben ocurrir cada día. Reaccionando adecuadamente, el Sufrimiento ayuda a quien sufre a evitar la Autocompasión. Esto puede parecer paradójico, pero incluso para aquellos que se encuentran en medio de un sufrimiento severo, generalmente no están muy lejos de otros cuyo sufrimiento es aún más severo. La reacción adecuada al sufrimiento lleva a uno a pasar tiempo orando por los demás. Orar por el bienestar de los demás sirve como una protección contra la compasión de uno mismo. El Sufrimiento ayuda al quien sufre a ver el Valor de la Oración. Cuando uno está disfrutando de buena salud y está prosperando financieramente, es fácil alejarse de un sentimiento de dependencia de Dios. Es difícil para un hombre rico cantar sinceramente ese cántico antiguo, “Te Necesito a Cada Hora”. Pero la adversidad ayuda al que sufre a ver el valor de la oración. La adversidad ayuda al que sufre a orar más intensamente. Antes de sufrir su severa adversidad, Manasés, el rey de Judá, era muy malo (2 Cron.33:9-10), pero después, su severa adversidad le produjo humillarse a sí mismo y orar a Dios (2 Cron.33:11-13). Es extremadamente difícil, si no imposible, que una persona que sufre tenga mala voluntad hacia aquellos que oran profunda, sincera y amorosamente por su bienestar. Que maravilloso es aprender de este poder para ganar el aprecio de los demás. El autor de este escrito ha visto el amor llenar su propio corazón por aquellos que oraron por él. Concluye que hará lo mismo para los demás. Cuán grande es un "bálsamo en Galaad" para los que sufren. La oración trae bendiciones a los que piden como Dios quiere que pidan (Mat.7:7-11). Dios no se volverá de oídos sordo, sino que concederá el bien para aquellos que se lo pidan (1 Ped.3:10-12). De este modo, la oración ayuda a comprender mejor al que sufre, el lugar que la oración ocupa en el esquema de las cosas de Dios. La oración ayuda al que sufre a reconocer que él debe mantenerse orando y no desmayar. ¡El sufrimiento ayuda al que sufre a comprender,qué bendición es no poder ver lo que depara el futuro! Algunas cargas de la vida parecerían ser más de lo que uno podría soportar si los hombres tuvieran pleno conocimiento del futuro. Pero a cada persona se le da la carga de la vida un día a la vez, y cada uno debe aprender a llevar solo la carga de cada día a medida que se presenta, confiando en que el Señor no nos permitirá que carguemos más de lo que podemos soportar (1 Corintios 10:13). El sufrimiento severo tiende a llevar al que sufre a buscar más intensamente los profundos significados de pasajes como Mateo 6:34; Filipenses 4:6-7 y 1 Pedro 5:7. El Sufrimiento ayuda al que sufre a reconocer que Dios está en todos sus caminos y a confiar en Él para dirigirle en las mejores sendas de la vida (Prov.3:3-5). El Sufrimiento ayuda a quién sufre a Comprender mejor la Paternidad de Dios. La relación de Dios con los salvos es aquella de un Padre con sus hijos. Jesús mismo enfatizó esta relación (Mat.7:7-11). Él enseñó que si los padres (quienes están sujetos a pasiones, avaricias, egoísmos y aun malicia) saben cómo responder beneficiosamente a las peticiones de sus propios hijos, cuanto mucho más la respuesta del Padre Celestial para responder a las peticiones de sus hijos. El sufrimiento hace que la comprensión de esta verdad sublime sea un asunto urgente. Debido a este sufrimiento, la persona que más sensible que por motivos egoístas y objetivos frívolos. ¡Cuán vital es para los hijos de Dios estar plenamente conscientes de la paternidad de Dios! El que sufre que realmente es un hijo fiel de Dios y que tiene una gran confianza en Dios como un padre amoroso, tiene en esta confianza un poder invisible con el que soportar su carga. Jesús enseñó a Sus discípulos a orar, “Padre nuestro que estás en los cielos... “(Mat.6:9). El sufrimiento intenso ayuda al que sufre a dirigirse a Dios como “Padre” con un significado y una reverencia mayor. El Sufrimiento ayuda a quién sufre a ver mejor la Debilidad de sí mismo y la Fortaleza de Dios. Cuando uno está en medio de la prosperidad y la buena salud, es fácil para uno auto concebirse a sí mismo como fuerte y sin necesidad de nada. Pero el sufrimiento severo despoja a los autos satisfechos de su orgullo. Después de que Pedro había negado al Señor Jesús y había escuchado el canto del gallo, él salió y lloró amargamente (Mat.26:75). En contraste con el orgullo que él había manifestado una vez en el pasado, la primera epístola de Pedro es caracterizada por la humildad y el reconocimiento de la necesidad de la fortaleza del Señor con el cual debemos enfrentar todas las pruebas de la vida. El Sufrimiento ayuda a quién sufre a Entender mejor su propio amor por los demás. Muchos maridos aman a sus esposas (o esposas aman a sus aridos) a sus hijos, a sus amigos y a sus hermanos en Cristo. Pero la aguda adversidad, y especialmente el ufrimiento que lleva al que sufre a enfrentar la posibilidad de que tenga que dejar a esos seres queridos a través de la muerte, ayuda a quién sufre a comprender su amor por ellos mejor de lo que hubiera podido entenderlo de otra manera. El sufrimiento ayuda al que sufre a ver cuánto valora su propio amor por los demás y el amor de ellos por él. El Sufrimiento ayuda a quién sufre, a Pasar por Alto las faltas y ver el Bien en aquellos a quienes ama. Aquellos a quienes el que sufre ama, son solamente humanos y de esta forma, tienen faltas, debilidades y deficiencias — tal como las tiene el mismo quien sufre. El sufrimiento ayuda a la persona a ver este hecho mejor que de otra manera no lo podría ver. Debido a esto, el que sufre procede a minimizar esas deficiencias y a enfatizar y quedarse con el bien de ellos en sus corazones y vidas. Un soldado que está a miles de millas separado de su esposa, encuentra fácil recordar las buenas cosas que ella posee. La adversidad ayuda a uno a amar, porque está ayuda a uno a ver las cosas mejor en su cónyuge en medio de la distancia lejana y la separación. El Sufrimiento ayuda a uno a ver el valor de la clase correcta de la Simpatía. No toda la simpatía es buena para aquel que está sufriendo. La simpatía que provoca al que está sufriendo llenarse de auto compasión tiende a ser destructivo. La clase correcta de simpatía amorosa reconoce el problema y fielmente señala el camino a la solución. Jesús señaló a los que sufren la solución de sus sufrimientos. Él consideró el sufrimiento a través de los ojos de uno que estaba sufriendo y luego señaló el camino de la actitud correcta hacia esa situación y la acción correcta en medio del sufrimiento. Esto debiera ser el propósito de todos los que buscan simpatizar con aquellas personas que están sufriendo. Al observar los esfuerzos que dan la clase equivocada de simpatía, el que sufre aprende mejor como debiera él simpatizar con los demás. El Sufrimiento ayuda a uno a Reconocer mejor el Valor de una palabra Amable. Cuando pensamos de alguien que está sufriendo, la persona promedio tiende a decir “¿Por qué molestarse en decirle una palabra amable? Esta no significará nada para él o para ella?”. Pero cuando una persona ha bajado al "valle de la sombra de la muerte" sufriendo, su propio corazón se vuelve más tierno y puede ver mejor, el valor de una palabra amable, un apretón de manos y una palmada en el hombro. Con esta clase de ternura y acción de gracias el que sufre recordará a la persona que le dijo una palabra amable o que oró por él El Sufrimiento ayuda a uno a ver que las horas más Oscuras pueden preceder a las más Brillantes.Alguien ha dicho bien que los cobardes mueren mil veces antes que realmente mueran. En cambio, hombres de una profunda fe y gran valor mueren una sola vez. Los de poca fe y poco valor frecuentemente se rinden en la desesperación cuando, sin darse cuenta, estaban al borde de la victoria. Muchas personas en momentos de total desesperación se han quitado la vida cuando, si hubieran tenido la fe, lasufre se vuelve más consciente de la necesidad de tal comprensión. La conciencia hace que su búsqueda de tal comprensión se vuelva más sincera, más intensa y   más sensible que por motivos egoístas y objetivos frívolos. ¡Cuán vital es para los hijos de Dios estar plenamente conscientes de la paternidad de Dios! El que sufre que realmente es un hijo fiel de Dios y que tiene una gran confianza en Dios como un padre amoroso, tiene en esta confianza un poder invisible con el que soportar su carga. Jesús enseñó a Sus discípulos a orar, “Padre nuestro que estás en los cielos... “(Mat.6:9). El sufrimiento intenso ayuda al que sufre a dirigirse a Dios como “Padre” con un significado y una reverencia mayor. El Sufrimiento ayuda a quién sufre a ver mejor la Debilidad de sí mismo y la Fortaleza de Dios. Cuando uno está en medio de la prosperidad y la buena salud, es fácil para uno auto concebirse a sí mismo como fuerte y sin necesidad de nada. Pero el sufrimiento severo despoja a los autos satisfechos de su orgullo. Después de que Pedro había negado al Señor Jesús y había escuchado el canto del gallo, él salió y lloró amargamente (Mat.26:75). En contraste con el orgullo que él había manifestado una vez en el pasado, la primera epístola de Pedro es caracterizada por la humildad y el reconocimiento de la necesidad de la fortaleza del Señor con el cual debemos enfrentar todas las pruebas de la vida.El Sufrimiento ayuda a quién sufre a Entender mejor su propio amor por los demás. Muchos maridos aman a sus esposas (o esposas aman a sus maridos) a sus hijos, a sus amigos y a sus hermanos en Cristo. Pero la aguda adversidad, y especialmente el sufrimiento que lleva al que sufre a enfrentar la posibilidad de que tenga que dejar a esos seresqueridos a través de la muerte, ayuda a quién sufre a comprender su amor por ellos mejor de lo que hubiera podido entenderlo de otra manera. El sufrimiento ayuda al que sufre a ver cuánto valora su propio amor por los demás y el amor de ellos por él. El Sufrimiento ayuda a quién sufre, a Pasar por Alto las faltas y ver el Bien en aquellos a quienes ama. Aquellos a quienes el que sufre ama, son solamente humanos y de esta forma, tienen faltas, debilidades y deficiencias — tal como las tiene el mismo quien sufre. El sufrimiento ayuda a la persona a ver este hecho mejor que de otra manera no lo podría ver. Debido a esto, el que sufre procede a minimizar esas deficiencias y a enfatizar y quedarse en el bien de ellos en sus corazones y vidas. Un soldado que está a miles de millas separado de su esposa, encuentra fácil recordar las buenas cosas que ella posee. La adversidad ayuda a uno a amar, porque está ayuda a uno a ver las cosas mejor en su cónyuge en medio de la distancia lejana y la separación. El Sufrimiento ayuda a uno a ver el valor de la Clase correcta de la Simpatía. No toda la simpatía es buena para aquel que está sufriendo. La simpatía que provoca al que está sufriendo llenarse de auto compasión tiende a ser destructivo. La clase correcta de simpatía amorosa reconoce el problema y fielmente señala el camino a la solución. Jesús señaló a los que sufren la solución de sus sufrimientos. Él consideró el sufrimiento a través de los ojos de uno que estaba sufriendo y luego señaló el camino de la actitud correcta hacia esa situación y la acción correcta en medio del sufrimiento. Esto debiera ser el propósito de todos los que buscan simpatizar con aquellas personas que están sufriendo. Al observar los esfuerzos que dan la clase equivocada de simpatía, el que sufre aprende mejor como debiera él simpatizar con los demás. El Sufrimiento ayuda a uno a Reconocer mejor el Valor de una palabra Amable. Cuando pensamos de alguien que está sufriendo, la persona promedio tiende a decir “¿Por qué molestarse en decirle una palabra amable? Esta no significará nada para él o para ella?”. Pero cuando una persona ha bajado al "valle de la sombra de la muerte" sufriendo, su propio corazón se vuelve más tierno y puede ver mejor, el valor de una palabra amable, un apretón de manos y una palmada en el hombro. Con esta clase de ternura y acción de gracias el que sufre recordará a la persona que le dijo una palabra amable o que oró por él El Sufrimiento ayuda a uno a ver que las horas más Oscuras pueden preceder a las más Brillantes.Alguien ha dicho bien que los cobardes mueren mil veces antes que realmente mueran. En cambio, hombres de una profunda fe y gran valor mueren una sola vez. Los de poca fe y poco valor frecuentemente se rinden en la desesperación cuando, sin darse cuenta, estaban al borde de la victoria. Muchas personas en momentos de total desesperación se han quitado la vida cuando, si hubieran tenido la fe, la paciencia y el valor para aguantar un poco más, laoscuridad de la desesperación se habría desvanecidocon el brillo de las mejores cosas por venir. Se cuenta la historia de un hombre que, en unanoche intensamente fría y oscura durante la cualsoplaba una tormenta de nieve, caminócansadamente casi toda la noche a través de profundas corrientes de nieve y contra un viento del Norte que soplaba. Finalmente, después de buscar y buscar algún tipo de refugio, desesperado y desanimado, se dejó caer al suelo cubierto de nieve y se durmió. A la mañana siguiente, un granjero abrió su puerta y vio los dedos extendidos del hombre, ahora congelados en la muerte, ¡a solo unos metros de la puerta a través de la cual habría encontrado calor, comida y vida continua! Se dio por vencido unos pocos segundos antes de tiempo. Una persona que soporta el sufrimiento es muy parecida a un jinete que cabalga a través de un bosque oscuro en un valle profundo y rocoso con muchos peligros a su alrededor. Mientras baja al valle, el jinete puede desesperarse por salir de el y regresara la montaña donde el sol brilla intensamente. Sin darse cuenta, el suelo comienza a elevarse gradualmente, los árboles se disminuyen y las rocas se hacen más pequeñas. Entonces, de repente, sale del bosque y en la cima de la montaña y ¡Mira! ¡El sol brilla intensamente! Con gran alegría, el jinete girasobre su silla de montar y examina el valle oscuro y rocoso a través del cual acaba de cruzar y se dice a sí mismo: "¿Por qué no confié en mi Señor?" Además,. ahora que estoy aquí, ¡puedo ver que el valle no es tan malo como me pareció mientras estaba allí!”. Los que sufren pueden aprender bien esta lección. El Sufrimiento ayuda a quién sufre a Reconocer que solo se puede  alcanzar la Montaña atravesando  el Valle que está frente a la montaña. Pablo enseñó qué se alcanzan mejores alturas espiritualesa travesando por el valle de la aflicción y las lágrimas (2Cor.4:17-18). Después que Manasés descendió al valle, él se arrepintió de su maldad y se humilló así mismo ante Dios (2 Cron.33:10-12). Moisés  claramente enseñó a los hijos de Israel que sus aflicciones le causarían regresar al Señor (Deut.4:40). La aflicción provoca a muchos el desear intensamente conocer la Palabra de Dios. La aflicción aún ayuda a uno a aprender lo que es la voluntad de Dios. El Salmista dijo, “.Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos” (Salmos 119:71). Que aquél quién sufre permita que su sufrimiento ablande su corazón y lo haga caminar más cerca de Dios. Los padres disciplinan a sus hijos porque los aman. Dios también disciplina a aquellos que ama. Sobre este asunto, el escritor de la Epístola a los Hebreos dijo: Y habéis ya olvidado la exhortación que con hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies ladisciplina del Señor, Ni desmayes cuando eresreprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿Qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su cantidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ellos han sido ejercitados. Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado. (Heb.12:5-13). Cuando el Señor ve que una persona necesita “un aguijón en la carne” (alguna forma de sufrimiento), Él se lo da. Cuando Él ve que “el aguijón” se necesita en una condición permanente (una fuente continua desufrimiento), entonces, Él permite que ese “agujón” continúe (2 Cor.12:7-10). Dios no removió el “aguijón en la carne” de Pablo, aun cuando le rogó quitárselo. Dios sabía mejor que Pablo lo que Pablo necesitaba. Aquellos que sufren deben tener la confianza en el Señor que Él les dará lo que necesitan más. Tal como los  padres en ocasiones deben hacer decisiones y cosas que sus hijos no pueden entender, de igual  forma, los pensamientos de Dios están por encima de los pensamientos del hombre (Isa.55:8-9). Al negar la petición de Pablo para remover  “su agujón en la carne”, el Señor dijo a Pablo, “Bástate en mí gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2Cor.12:9).Al preparar a ciertos hombres para efectuar una misión particular, por Su providencia, Dios permitió que estos hombres fueran  traídos a situaciones de sufrimiento.Es evidente que Pablo  necesitó “un aguijón en la carne” para prevenir volverse envanecido con el orgullo. Debido al  “aguijón” en su cuerpo, Pablo alcanzó y mantuvo alturas espirituales que no habría logrado sin  ese aguijón. Esta es una realidad que cada persona que sufre debiera observar cuidadosamente  y atesorar en su propio corazón. El Sufrimiento muestra al que sufre el Valor de as Lágrimas. El Sufrimiento  puede ablandar el alma y  hacer que el que sufre sea más consciente del sufrimiento de los demás. Puede ayudar al que sufre a"llorar con los que lloran” (Rom.12:15b). El Sufrimiento puede  hacer que un Pecador se arepienta y se Vuela a  Dios. Hay dos pasajes maravillosos en el Salmo119 que enseñan claramente que el sufrimiento puede  hacer que un pecador se arrepienta de su maldad y se dirija a Dios con un corazón  verdaderamente arrepentido, dispuesto a vivir  como Dios quiere que viva. En uno de estos  pasajes, el Salmista dice, “Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora a guardo tu palabra” (Sal.119:67). El otro pasaje dice, “Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos” (Sal.119:71). El Salmista reconoció el valor de su aflicción al provocarle regresar a la senda de la justicia. La Referencia ya ha sido hecha a la historia de Manasés, rey de Judá. En un tiempo durante su reinado, Manasés era un rey muy malo. Acerca de él, el autor inspirado dijo, “Manasés, pues, hizo extraviarse a Judá y a los moradores de Jerusalén, para hacer más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel” (2 Cron.33:9). Además, de Manasés se dijo, “Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, mas ellos no escucharon” (2Cron.33:10). Cuando todo parecía ir bien con Manasés y sus súbitos, su vida era perversa y su corazón duro. Él no escucharía al Señor y no se volvió de su pecado. Pero el Señor vino en acción y le produjo entrar en aflicción. Por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y  atado con cadenas lo llevarona Babilonia. (2 Cron.33:11). ,Esa aflicción causo que Manasés se humillará a si

mismo ante Dios. “Mas luego que fue puesto en

angustias, oró a Jehová su Dios, humillado

grandemente en la presencia del Dios de sus padres

Y habiendo orado a él, fue atendido;...” (2

Cron.33:12-13).

 

 Durante uno de sus discursos dirigido al pueblo

de Israel, Moisés les advirtió que si ellos se

apartaban de servir al único viviente Dios y se

volvían tras los ídolos, entonces, el Señor les traería

gran tribulación sobre ellos. Pero, Moisés les

prometió, que si en medio de su tribulación, ellos se

arrepentían de sus pecados y se volvían a Dios, Él

los perdonaría (Deut.4:15-31).

 La misma básica promesa es dada al pueblo de

Dios hoy. Cada uno de los que sufren debiera

permitir que el sufrimiento les cause andan más

cerca de Dios. Aun aquellos que están viviendo

vidas piadosas pueden esforzarse por vivir vidas

mejores. El sufrimiento puede ser una gran ayuda

en alcanzar esta meta.

 Muchas personas son ahora hijos de Dios debido

a que algún sufrimiento o aflicción vino a sus vidas.

Una persona puede haber sido conducida a volverse

a Dios debido a que su cuerpo fue infligido con una

terrible enfermedad. Otra persona pudo haberse

vuelto a Dios debido a la perdida de una esposa o

hijo amado. Otra pudo haber sido conducida a Dios

debido que toda su riqueza terrenal fue perdida de

la noche a la mañana. l Sufrimiento puede ayudar al que sufre

a Entender mejor que la fe viene por el Oír la

Palabra de Dios. El sufrimiento puede conducir al

que sufre a estudiar la palabra de Dios con mayor

sinceridad y con un propósito más profundo.

Aquellas personas que reaccionan correctamente

son impulsadas a aprender — a tejer en sus

corazones las verdades sublimes con respecto a la

providencia, la bondad, la sabiduría, y la

misericordia y el amor de Dios (Sal.139; 1 Cor.1:18 y

siguientes). Tales verdades no pueden ser

aprendidas de los meros libros de los hombres.

Estas verdades deben ser aprendidas del libro

inspirado de Dios, la Biblia (2 Tim.3:16-17; 2

Ped.1:10-21), y por las personas cuyo corazón es

tierno, receptivo, y está ansioso por buscar conocer

la voluntad de Dios para el hombre.

 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra

de Dios” (Rom.10:17).

 En ocasiones, de acuerdo al mero conocimiento

humano y sabiduría, el que sufre puede exclamar,

“Este sufrimiento no es bueno para mí; Dios no es

bueno al permitirme continuar en este

sufrimiento”. Pero los hombres deben recordar que

Dios disciplina a aquellos que ama (Heb.12:6). (Por

supuesto, como fue previamente explicado, no todo

sufrimiento es una disciplina de Dios). También,

como fue anteriormente dicho, cuando Dios ve que

una persona necesita “un aguijón en su cuerpo”

como Pablo lo necesito, Él lo permite. Cuando Él ve

que “el aguijón” es necesario como una cosa

permanente en la vida de uno, Él permite que

permanezca. Los hijos de Dios deben confiar en Dios

que Él les dará lo que más necesiten.

 A pesar de la falta de entendimiento de los hijos,

los padres deben proseguir con lo que saben es lo

mejor para sus hijos. En la misma forma, aun a

pesar de que Sus hijos no siempre lo entiendan,

Dios prosigue con lo que es mejor para ellos. En

ocasiones, es mejor para ellos, el tener que

soportar algo de sufrimiento.

 El Sufrimiento ayuda a quién sufre a ver el

Valor de la Meditación. Muchas personas sienten

que están muy ocupadas para detenerse y meditar

en asuntos espirituales. Muchas personas no

meditan hasta que un sufrimiento extremo los

impulsa a ello. Luego, encuentran el tiempo para un

verdadero auto examen. Al igual que el Salmista,

todos los hombres necesitan rogar por la ayuda

divina quién conoce sus propios corazones,

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;

Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay

en mí camino de perversidad, Y guíame en el

camino eterno” (Sal.139:23-24).

 El Sufrimiento ayuda a quién sufre a ver que

hay Corazones humanos en los que mora la leche

de la Bondad humana. Debido a que han

encontrado tanta maldad en el mundo, muchas

personas se vuelven cínicas. Llegan a creer que

pocas personas, si las hay, realmente aman la

bondad y la rectitud y practican la bondad. Es

profundamente enriquecedor, cuando en medio del

sufrimiento, una persona aprende que hay muchas

personas que aman y sirven a su prójimo porque

tienen un profundo amor por Dios. Luego, el que

sufre viene a entender mejor que el “lazo que une

nuestros corazones es el amor de Cristo”.

 El Sufrimiento ayuda a quién sufre a ver Cuán

Fácil es para él o ella Sobrellevar el sufrimiento

de los Demás. Cuando una persona realmente

sufre, llega a comprender que es muy difícil (sino,

no imposible) que otros entiendan los diversos

aspectos de ese sufrimiento. Jesús ve el sufrimiento

como lo es para el que sufre, pero los meros

hombres no pueden verlo. Jesús también ve

perfectamente el sufrimiento como debiera ser

visto por el que sufre. Pero, nuevamente, los meros

hombres no tienen este modo de verlo. El que sufre

puede recordar las ocasiones en las que su propia

vida experimentó, mientras está visitando a la

persona afligida. Él de manera casual y ligera (sin

ninguna idea verdadera de lo que estaba sufriendo

la persona) insta al que sufre a "mantener la cara en

alto" o declara algún otro tema sin valor.

 Aquellos que nunca han verdaderamente sufrido

pueden soportar mejor la malignidad de otra

persona que un rasguño de alfiler en su propia

mano. Pero el sufrimiento permite a uno aprender

algo de la carga que otras personas deben soportar

y verdaderamente simpatizar con ellos en sus

cargas.El Sufrimiento da a quién sufre una

Oportunidad para “Comenzar de Nuevo”. El

sufrimiento le da al que sufre la oportunidad de

"comenzar de nuevo". El sufrimiento puede

conducir al tipo de búsqueda personal del alma que

hace que uno se pregunte a sí mismo, ¿Qué clase de

persona soy yo?, ¿Dónde estoy ahora mismo?, ¿Hacia qué dirección me dirijo?, ¿Cuáles son las verdaderas metas de mi vida?, ¿Cuál es mi relación con Dios?, ¿Cuáles son los verdaderos motivos en mi corazón? ¿Quién soy yo en la oscuridad? Hacerse estas preguntas honestamente es, por lo general, proveen respuestas que demuestren que se deben hacer varios cambios en la vida de uno. Este despertar de la conciencia generalmente conduce a esfuerzos para comenzar una nueva vida.  En un sentido, entonces, el sufrimiento puede decirse que provee a quién sufre una oportunidad para “comenzar de nuevo” para construir la clase de vida que Dios quiere que él o ella construya. En lugar de reaccionar con amargura contra Dios, cada persona que sufre debiera reconocer quedebido a sus sufrimientos, él o ella y sus familias pueden ser ricamente bendecidos.

— Fuente: Our Loving God: Our Sun and

Shield, Originalmente por National

Christian Press, Colleyville, TX. (1963).

Hester Publications, Gene Hester,

Publicador

Henderson, TN. (2003) Décimo Novena

Impresión.

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