“LA IGLESIA ANTE LOS DARDOS DEL MAL”
(Ef. 6:11)
Propósito: Mostrar cuáles son y cómo combatir las asechanzas del diablo.
Introducción:
El autor intelectual de toda la degradación humana es el diablo. Este ser espiritual
maligno, ha sabido influenciar al hombre, tanto pagano como religioso, para llevar a cabo
sus obscuros planes, que tienen como fin la desgracia del ser humano, y la tristeza de
Dios, quien desea “…que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad…” (1 Tim. 2:4); por tanto, a través del apóstol Pablo nos llegan los medios para
que podamos estar firmes contra las asechanzas del diablo. Y antes de considerar estos
medios de defensa espiritual, consideremos una pregunta muy importante:
I. ¿QUÉ SON Y CÓMO SE MANIFIESTAS LAS ASECHANZAS DEL DIABLO?
A La palabra asechanza, es traducción del griego, “METHODEIA”, la cual denota
“astucia”, “engaño”, y se traduce como “asechanzas (del diablo)” en Ef. 6:11, y
“artimañas (del error)” en Ef. 4:14.
B Estas “asechanzas” tienen agentes humanos:
1. La seducción y el engaño, tanto doctrinal como moral, tiene sus orígenes en el jardín
del Edén (2 Cor. 11:3).
a. Después de este engaño, el hombre perdió su comunión con Dios (Génesis 3:23, 24)
b. Después de este engaño, la decadencia física, moral y espiritual del hombre fue
inevitable (Rom. 1:20-31).
c. Después de este engaño, el hombre se ha encargado, a través de su “corazón
entenebrecido” y su “razonamiento vano”, de esparcir error religioso, inmoralidad y auto
destrucción (Gn. 6:5, 11, 12).
d. Pablo aclara más este punto en los siguientes versículos en 2 Cor. 11:3, 4, 14, 15.
e. Es por esto que Pablo habló a los Efesio de la “…estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error…” (Ef. 4:14)
2. El hombre, en ámbitos tanto religiosos como seculares, se ha encargado de presentar
toda clase de errores religiosos y morales, engañándose a sí mismo y a los demás,
sucumbiendo así ante las “asechanzas”, ante el engaño de Satanás.
C Estas “asechanzas” se manifiestan en sentido moral y doctrinal.
1. Son las “filosofías y huecas sutilezas” del mundo (Col. 2:8).
a. En contexto: La circuncisión física (Col. 2:11-13)
b. En contexto: Los reglamentos de la ley de Moisés con respecto a comida y bebida, y
algunas fiestas (Col. 2:14-17).
c. En contexto: El culto a los ángeles (2:18).
d. En contexto: Los reglamentos ascéticos para maltratar el cuerpo (2:20-23)
e. En contexto: El pecado moral (3:5-9)
f. En la actualidad: El conjunto de religiones falsas, tanto locales como extranjeras o
extrañas (Catolicismo, protestantismo, liberalismo en cualquiera de sus esferas, el
panteísmo, el universalismo, el misticismo, la reencarnación, y el culto a los animales o
al hombre mismo, son parte de las “asechanzas” o “engaños” del diablo.
g. En la actualidad: El conjunto de razonamientos ateos, tales como el humanismo, el
escepticismo, el materialismo entre otros, ha logrado que el hombre se degrade moral y
socialmente hasta un punto inimaginable. De ahí que toda clase de perversiones morales
y sociales han existido en el mundo, (Tales ideas han existido desde la caída del
hombre, aunque sin llevar estas los nombres que ahora se les atribuyen). ¿El efecto?
Homosexualismo, terrorismo, crímenes, abusos a hombres, mujeres y niños de toda
clase, incertidumbre, suicidios, inestabilidad familiar, etc., son las “asechanzas” del
diablo.
II. ¿CÓMO COMBATIMOS LAS ASECHANZAS DEL DIABLO?
A Debemos estar “vestidos con toda la armadura de Dios” (Ef. 6:11a)
1. Esta armadura divina, tiene el propósito de mantenernos firmes ante el engaño que
nos rodea: “…PARA que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo…” (v. 11)
2. Sin esta armadura, somos engañados, “no podemos estar firmes” ante el engaño:
“…para que PODÁIS ESTAR FIRMES…” (v. 11)
a. Muchos hermanos en la fe, andan en error por no llevar la armadura, practican la
injusticia, no viven rectamente delante de Dios, no promueven la paz que Dios desea,
tolerando el engaño, no confían en Dios sino en el mundo y en las cosas del mundo, no
tienen defensa ante todo aquello que es contrario a Dios, o dicho en pocas palabras, son
infieles ( Gálatas 2:4)
b. Se han dejado arrastrar por la inmoralidad, viviendo en adulterio, o esclavizados por
el alcohol o la cerveza, por el cigarrillo. Muchos más han sido engañados por el
modernismo, por la falsa ciencia, de tal manera que están a punto de negar claras
verdades bíblicas sobre el poder de Dios y las verdades enseñadas por Cristo. ¿Cuántos
más están negando la divinidad del Señor? ¿Cuántos más están negando ya sus milagros?
¡No tenían toda la armadura de Dios!
B Vestidos de toda, con cada una de las partes de la armadura.
1. La verdad, la justicia, el evangelio de la paz, la fe, la salvación y la espada del
Espíritu (v. 14-)
a. “ceñidos vuestros lomos” (v. 14) - Pablo se refiere al cinto ancho llevado por el
soldado romano. La ropa suelta fue ceñida para que no impidiera el movimiento libre.
Para esto es necesario amar la verdad (Ef. 4:15)
b. “vestidos con la coraza” (v. 14) - La coraza cubre el pecho (el corazón y los
pulmones). Para esto es necesario ser realmente justos. Muchos aparentan ser justos,
creen que cierta forma de hablar, o ciertos títulos les proveen de la justicia que Dios
demanda. La justicia “se hace” (1 Jn. 3:7, 8)
c. “calzados los pies con el apresto” – El soldado romano llevaba siempre botas que
hacían más firme su marcha, de tal manera que siempre estaba listo para la batalla.
¿Estamos siempre preparados para llevar el evangelio? ¿Estamos listos? ¡Debemos estar
listo! d. “tomad el escudo” - El escudo del soldado romano era grande y rectangular
como una puerta. Al dar contra el escudo los dardos encendidos se apagaban y sus
puntas se quebraban. Esto sucede con las tentaciones y diversas pruebas que intentan
destruir nuestra fidelidad.
e. “la espada” - Esta es nuestra arma de defensa ante el “engaño”. Cristo dijo a sus
apóstoles, “…yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir
todos los que se opongan…” (Lc. 21:15). En Hechos vemos el cumplimiento de esta
promesa, de tal manera que los oponentes al evangelio no podían decir nada en contra de
él. ¡Esa misma palabra la tenemos ahora! Pablo dijo que “las armas de nuestra milicia no
son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando
cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…” (2 Cor. 10:3-5)
C Con toda la armadura de Dios y con la oración: “…ORANDO en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por
todos los santos…” (v. 18)
1. Para tener comunicación continua con nuestro "cuartel general". "En todo tiempo";
"orad sin cesar" (1 Ts. 5:17). La guerra es del Señor; El manda, y es importante que
estemos en contacto con El. Muchas campañas militares y muchos soldados se han
perdido por falta de buena comunicación entre el ejército y el general. Nuestros
recursos son de Dios. El soldado cristiano que lleva toda la armadura de Dios, emplea la
espada del Espíritu, y sigue en oración, tendrá una confianza firme de ser vencedor.
2. A través de ella damos eficacia, no solamente a nuestra lucha, sino también a la
lucha que nuestros hermanos tienen: “orad unos por otros…” (Stgo. 5:15). Oren “…por
mí…”, dijo Pablo a los Efesios, para llevar la obra de libertad y paz, la predicación del
evangelio, conforme a la voluntad de Dios.
CONCLUSIÓN.
Hoy hemos aprendido qué son y cómo se manifiestan las asechanzas del diablo. También
hemos considerado la manera en que podemos estar firmes ante ellas. La pregunta es,
¿lleva usted puesta toda la armadura de Dios? Si no es así, ¿qué le falta? Pero sobre
todo, ¿qué está haciendo para adquirir esa parte que le falta? Lo bueno de todo esto es
que Dios nos ha provisto todo lo necesario para adquirir cada una de las partes que
componen esa armadura. No es una armadura que tengamos que diseñar nosotros, ya
está diseñada, probada y lista para ser llevada por el soldado de Jesucristo.
¿Qué falta, entonces? Nada más que se la ponga, que se vista de ella. Pidamos perdón a
Dios si hemos andado por el mundo sin esta armadura, o si hemos dejado una parte de
ella sin ponerla sobre nosotros. Si no lo hacemos así, las “asechanzas del diablo”, es
decir, el engaño que nos rodea nos puede vencer, y finalmente matarnos espiritualmente.
He visto a muchos hermanos morir, descarriarse, apartarse de la verdad e irse en por
de doctrinas falsas, o del pecado. ¿Lo esperaban? NO, pero finalmente cayeron en la
batalla.
Por : Carlos Benavides
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