IGLESIA DE CRISTO

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ESTUDIOS BÍBLICOS

martes, 31 de agosto de 2021

EL TRABAJO O LAS OBRAS

 EL TRABAJO O LAS OBRAS


Todo el mundo sabe lo que significa la palabra trabajo y muchos creen que el trabajo es la obra, pero no es así. El trabajo, es el esfuerzo realizado para lograr la obra. Siendo esto así, es muy importante la manera de planificar nuestro trabajo. Por lo general, ecepto raras excepciones, el resultado de la obra es consecuencia del trabajo realizado. Algunos llegaron a concluir que no era necesaria una preparación previa para realizar ciertos trabajos, pero nada más lejos de la verdad. Los que solemos a diario repasar las Escrituras sabemos que el Señor, a través de ella, nos exhorta a estar preparados y si bien esto no nos empuja a obtener una carrera universitaria, sí, a estar perfectamente ilustrados en el conocimiento de Dios, pues a Él nunca lo podremos apartar de nuestro trabajo. Basta hablar con un ignorante de Dios para saber que este, a menos que se preparase, jamás podría ser un vocero de Dios. Algunos, bastante después de haber declarado obedecer al Señor y de haberse bautizado, aún no se habían dado cuenta de que su misión era la de predicar el evangelio de la salvación, y preguntaban extrañados ¿Pero yo he de salir a predicar? En fin, es sólo un ejemplo, porque hay más.

2:14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?

Sabemos que el que no tiene fe no puede salvarse. Pero muchos se quedan ahí, incapaces de seguir adelante; es como un miedo a nombrar las obras, porque estas no anulan la gracia; es más, es imposible la fe sin obras, por eso el apóstol Santiago, la llama “fe muerta”. Pero… ¿es fe salvadora la fe muerta? Mi respuesta es contundente: Dios no es un payaso, no juega con los seres humanos, de manera que los que queramos ser salvos habremos de procurar que nuestra fe  sea una fe viva. Naturalmente que no valen las obras sin la fe, pues hasta el diablo las hace, pero la fe sin obras, si lo analizamos profundamente, es peor que las obras sin fe, ya que la ausencia de fe se puede deber a múltiples motivos, y la fe sin obras, solo a uno; a falsedad.

El Señor Jesús, pudo no haber hecho nada, sin embargo nos dejo todo un ejemplo y el ejemplo que dio, le sirvió para base a sus palabras. Los hombres no entendemos de otra manera. Los hombres están cansados de que se les diga que hay que ser buenos
2:15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 2:16 y alguno de vosotros les dice: id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
Si alguna vez veis esto que dice nuestro hermano Santiago, ocurrir en vosotros, arrepentíos rápidamente, porque el que tal cosa haga, comete un pecado terrible. Y si te preguntas: ¿Tengo yo, acaso la responsabilidad de dar abrigo a mi hermano? La respuesta es, sí. Y no solo a tu hermano, sino a tu prójimo. Muchos fueron a Cristo buscando sensaciones: a veces hasta sabiendo que es arriesgado en determinados lugares y momentos, pero creen necesitar eso y eso hacen, pero ya lo ven de otra forma cuando se dan cuenta que hay muchos que le necesitan a él. Otros, en vista de lo visto en tantas ocasiones desconfían de este tipo moderno de ayudas globalizadas. Hay datos en la palabra de Dios acerca de que muchos vendían lo que tenían y lo ponían a los pies de los apóstoles, pero aún eso es necesario analizarlo bien. Porque yo no digo que si ves a un hermano que necesita abrigo, no les des el abrigo, pero según están hoy las cosas, a menos que se trate de un hombre sin hijos, sin esposa, sin padres. Quizá solo pueda darle el abrigo, pero nunca vender todo lo que tiene, y sencillamente, creo que el Señor Jesús nunca nos dictó esa norma. Hoy el que tal cosa haga, teniendo familia, se transformaría en una gran piedra de tropiezo, para aquellos que estuvieran dudando en si aceptar a Cristo o no. Aquí no se trata de eso, mucho menos después de haber visto tanto engaño; aquí se trata de ser generoso en la justa medida. El hombre generoso siempre encuentra la ocasión de serlo, pero ha de ser la voluntad la base de su generosidad y no otra cosa. Un ejemplo de lo que digo sería: tengo una casa y dos hijos y cuatro nietos. Si vendo mi casa y doy el dinero me quedo en la calle, pero es que, parte de esa casa es de mis hijos, que ni siquiera son creyentes y hasta mis nietos sufrirían mi despropósito. Creo que no me lo perdonarían nunca. Pero eso no quita que mi vida esté llena de muestras de generosidad. El Señor Jesús nos quiso dar un ejemplo de que no había que tener tanto apego a las riquezas, pero solo a uno le dijo: vende lo que tienes, dáselo a los pobres y sígueme, solo a uno. Más importante sería para el cristiano que procurara que todo lo que tiene sea de buena procedencia, o sea ganado honradamente, sin haber echado mano a ningún tipo de engaño para conseguirlo, pues es sabido que las necesidades de unos, la mayoría de las veces, se deben a los engaños de otros; que muchas veces, se han bendecido desde los púlpitos.     
2:17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
Y muchos dicen que aceptando a Cristo como su Salvador, no han de hacer nada más; con lo cual, se quedan parados, y hablé con muchos que alegan que Cristo ya perdonó sus pecados; incluso los que haya de cometer y se quedan tan panchos, y así vemos a miles de “cristianos” que cruzan las fronteras de España y se viene a practicar lo que se ha dado en llamar: turismo de sexo. Y los que los reciben son “cristianos”, y todos ellos piensan que, o  porque fuero cubiertos por la gracia o porque después les dirán unas cuantas  misas, irán, como nosotros, a la gloria. Algunos ni siquiera creen que la gloria exista. Luego el domingo les ves en las misas o en los cultos, para después volver a lo mismo. Nos encontramos con el estado llamado el centro del protestantismo; Suiza: para todos, paraíso fiscal. Paraíso fiscal es sinónimo a cueva de ladrones. Allí está la razón del hambre de muchos países. En España se descomulgaron a muchos, en el tiempo que muchos comulgaban, sin embargo, nunca se descomulgó a un especulador corrupto, a la actriz que enseñaba el pecho y la nalga, sí, o al que se salía del tiesto; como se suele decir, pero nada más, las iglesias han sido generosas sin medida en inmerecidas bendiciones. Y todo eso son obras, pero malas.

2:19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
Aquí lo tenemos muy claro: Creer en Dios no es suficiente. Es necesario obedecer a Dios. Esto nos abre un extenso abanico de ineludibles obras. Imposible poder evitar sentirnos volcados hacia los que nos necesitan de una manera o de otra, porque hemos de saber que,  es más importante evitar, si podemos, que los demás tengan necesidades, que propiciárselas y después aparentar ayudarles. Esto lo digo, para los que deseen ser cristianos de verdad. 
2:21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
Y, qué obra. El Señor le pidió a Abraham una cosa tremenda, una locura, para un padre que solo tenía un hijo; como si hubiera tenido más; matar a un hijo es un acto execrable. Solo una persona con el cerebro enfermo de locura, puede obedecer tal mandato hoy. Pero Abraham confió en Dios, porque uno de los pilares del amor para el hombre, es la confianza, y ésta, a la vez, de la obediencia. De tal manera que la obediencia es el único pilar que nos sostiene a Dios. Han sido siglos los empleados en debatir si gracia o si obras, pero ya es momento de rendirnos a obedecer. La conclusión de los tiempos no está lejos, pues todas las señales del tiempo, están ante nuestros ojos.

2:22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
     Es evidente que muchos, alejados de Dios, hacen buenas obras, ¿creéis que no le serán contadas? Nosotros hacemos las obras en obediencia a Dios para nuestra edificación espiritual, y también para la edificación de la Iglesia, por medio del testimonio que damos. Pero hemos de entender que las obras solo no bastan, pues sin obras no hay obediencia, ni testimonio, ni crecimiento y sin esto, nadie se salvará. Quítesenos de la cabeza de que obras solo son ayudas a los demás. Obras son decir la verdad, obra es amar a Dios, obra es mantener una comunión fraternal con los hermanos, obra es amar a tu prójimo, obra es crecer en el conocimiento de Dios. Obra es cumplir la ley. Obra es predicar a Cristo y todas estas cosas son se mucha más trasparencia.
2:25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
¿Veis? Una ramera, mujer pecadora hizo una obra buena a los ojos de Dios y por ello fue justificada. Pero nosotros sabemos que ser justificados por Dios, por algunos actos no nos hace salvos, como tampoco podemos decir que la persona que haya cometido algún tipo de pecado, va a ser condenada sin más, pues entonces no sería necesario el juicio, donde los abogados están para abogar por los acusados, y sabemos que Abogado tenemos, tanto para acusarnos como para defendernos.     

2:26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
        La muerte es lo contrario a la vida, de manera que todo aquel que esté como muerto en la realización de las obras que fundamenta la obediencia a Dios, está próximo a heder. Es un cadáver, para Dios; que puede resucitar, sí, pero mientras tal cosa no ocurra, está muerto para Dios. Muchos escudriñaron las Escrituras, tal como Dios nos ordena, pero muchos se equivocaron en sus interpretaciones, porque o estas sacaron a la luz normas  que  fueron demasiado  duras para su cumplimiento; y por tanto, causa de dolor e injusticias innecesarias a todas luces, o,  demasiado exculpatorias, llegándose con ambas, a la locura que hoy vemos. Muchas prostitutas fueron atravesadas con la cruz y homosexuales y brujas y herejes, cuando el verdadero cristiano, solo debe decirles: Iros y no pequéis más, porque yo no te condeno.  Y existen muchos predicadores que todos estos errores, los pasan por alto, para no inquietar a los oyentes y nadie se atreve a decirle al rey que cuando traspasa el umbral del Reino, de la Iglesia, ya no es rey, sino uno más, porque tenemos otro Rey. Sin embargo, permitimos que se crean en el derecho de estar en los lugares preferentes y la mayoría de las veces, se prohíbe la entrada a muchos, que no se tienen como dignos, con lo cual se olvidan de aquello de la accesión de personas. Esto lo leen todos los que lo leen, y los que se tienen por más, se ríen de las ocurrencias de Jesús, y se glorían de todos los que desobedecen a Jesús, brindándoles los primeros puestos. Otros muchos dicen: Si lo hacen estos que dirigen las iglesias. Pues yo os digo que ser rey y entrar en la iglesia y sentarse entre los demás; pobres, quizá  ramera, es una brillante obra. Y lo del rey es solo un ejemplo, para todos aquellos que siendo o sintiéndose cristianos, se sienten reyes.                                                
          Pero si a los que están arriba o en eminencia, les hemos de alentar a la humildad, esto, no crean los que se sientan abajo, que no va con ellos de la misma manera, aquí no se escapa nadie. Los mandamientos de Dios, son para todos, incluidos los que no son de Dios, pues el juicio será para todos.

          Las obras, de ninguna manera pueden hacerse cumplir, pues éstas, carecerían de valor ante Dios. Serían obras vanas. Esto, no se entendió por causa de la maldad, obligando a las personas a todo tipo de obras que no deseaban hacer. Y si, desde el punto de vista de los gobernantes, para los cristianos, lo que esta mandado hay que hacerlo, siempre que no contradiga lo ordenado por Dios, lo que está ordenado por Dios, nadie puede obligarnos a cumplirlo, si no es ese nuestro deseo, pues sería en vano para el cumplidor y condenación para el impositor.  

 Pot : Carlos Benavides 

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