IGLESIA DE CRISTO

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ESTUDIOS BÍBLICOS

martes, 31 de agosto de 2021

EL JUSTO JUICIO DE DIOS

 “1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.” (Romanos 2:1)  “1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.” (Romanos 7:1-2)     Hermanos y amigos: El juicio humano por lo general es injusto y, de alguna manera, nosotros siempre estamos juzgándonos como hermanos unos a otros, sin ver nuestra conducta que, a veces, es dudosa. Lo mejor sería que le dejáramos los juicios al gran Juez de toda la tierra, nuestro Señor Jesucristo. “2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad.” (Romanos 2:2) “28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.” (Romanos 1:28-32) El hombre, hermanos, ha llegado demasiado lejos practicando el mal. Al alcanzar un nivel de rebelión absoluta y, esto es muy triste, porque de cada obra mala que hemos hecho en esta vida, vamos a dar cuenta delante de Dios. “3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?” (Romanos 2:3)      “10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.” (Romanos 14:10) Definitivamente, hermanos y amigos, todos y cada uno de nosotros, que hemos vivido en este mundo que Dios creo, vamos a dar cuenta a Dios de nuestros hechos en esta vida. Ningún ser humano escapará al Justo Juicio De Dios. De ahí la importancia de prepararnos para enfrentar con confianza el juicio final. “4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4) “9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3:9) Por lo general, hermanos, tanto el hombre inconverso como el cristiano, menospreciamos la paciencia de nuestro Dios. El inconverso rechaza el evangelio de nuestro Señor Jesucristo y el cristiano se relaja, y pierde el tiempo en cosas que no tienen provecho. ¡Ya es hora de dedicarnos a las cosas que le agradan a Dios! Es decir, a practicar la voluntad de Dios. “5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,” (Romanos 2:5) “5 Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.6 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan,7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).” (2 Tesalonicenses 1:5-10) Hermanos, vemos como, tristemente, el hombre piensa en todo, menos en arrepentirse. El tiempo sigue pasando, pero un día no muy lejano, llegará la hora de enfrentar el justo juicio de Dios. En conclusión, hermanos, cada uno de nosotros, que somos hijos de Dios, vamos a hablarle a la gente de este juicio que Dios traerá a la humanidad en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. Nosotros los cristianos, estamos concientes de que vamos a ser llamados a comparecer y nos preparamos de alguna manera. Pero a aquellos que no saben o no han considerado el juicio de Dios debemos hablarles para que ellos también se preparen. Nuestro deseo y oración es que estemos alertas y preparados para cuando llegue el día y la hora del Justo Juicio De Dios. Que Dios nos ayude y nos bendiga a todos. Amén. 

 POR : CARLOS BENAVIDES 

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