IGLESIA DE CRISTO

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ESTUDIOS BÍBLICOS

domingo, 31 de julio de 2022

EL PELIGRO DE LA FE SIN OBRAS

 




EL PELIGRO DE LA FE SIN OBRAS


Texto base: Santiago 2:14-26


El sermón de hoy va a estar centrado en una enseñanza dada por Santiago, quien fuera el medio hermano del Señor Jesucristo. El escribió para gente que ya era cristiana. El texto que hoy veremos el cristiano debería prestarle atención y razonar en lo que dice.

Le invito a leer Santiago 2:14-26 para tener una idea general del tema: “14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. 25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? 26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”


I. DOS PREGUNTAS PARA PRESTAR ATENCIÓN (v.14)

Santiago como introducción al tema que va a exponer, comienza formulando dos preguntas a las que debe prestar atención. Note que estas preguntas están dirigidas a cristianos ya que dice “Hermanos míos”

Primera pregunta: “¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?” Santiago habla de cristianos que “dicen” tener fe pero su vida carece de obras. Así hay muchos que se jactan de su fe, hablan mucho pero en la práctica no hacen nada. Santiago 1:22 dice: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” La fe que sirve es una que producirá obras evidentes sino son solo palabras.

 Segunda pregunta: ¿Podrá la fe salvarle? Esta pregunta en verdad inquieta bastante, porque en base a la evidencia de la primera pregunta, la respuesta obligada es NO. Tener fe que no va acompañada de obras no lo va a salvar ¡cuidado con esto!

¿A qué obras se refiere Santiago? Leamos Santiago 3:13 “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.” Son los actos de obediencia en la conducta diaria. El Señor Jesús en Mateo 5:16 dice: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

En algunos cristianos la fe que dicen tener no se ve reflejada en sus vidas y menos en sus hechos. Son como los que el apóstol Pablo habla en Tito 1:16 “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.” A este tipo de cristiano ¿Podrá la fe salvarle?

Luego de bautizarnos los cristianos tenemos muchos mandamientos que debemos cumplir, cosas que debemos hacer y otras que debemos dejar de hacer. Todo está escrito en el Nuevo Testamento, y como están escritas no tenemos escusa de no obedecer. No vamos a poder decir “yo no lo sabía”, porque el Señor nos dirá “Escrito esta”. He ahí la importancia de leer y estudiar las Escrituras.


II. UN EJEMPLO DE FE MUERTA (vs. 15-17)

Para explicar a que se refiere con las preguntas del versículo 14, Santiago da un ejemplo bien claro de fe sin obras. Nos habla de un hermano o una hermana que tenían una necesidad genuina y evidente, precisaban ropa y sustento diario. La reacción del otro hermano fue solo darle palabras de aliento pero no hizo nada ante esa necesidad, no les dio nada. Ante esto Santiago pregunta ¿“de qué aprovecha”? o sea, ¿en qué beneficio esto al hermano necesitado?, la respuesta obvia: en nada.

Los buenos sentimientos si no van acompañadas de las acciones correspondientes, no sirven para nada. Este tipo de fe, es una fe muerta tal como lo expresa el versículo 17 “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.” La fe debe ir acompañada de las buenas obras.

Podríamos ser culpables de lo mismo si sabemos que hay hermanos en necesidad, por ejemplo enfermos, hambrientos o sin ingresos y no hacemos algo para satisfacer sus necesidades, solo oramos ¿De qué aprovecha esto al hermano?

Cuando oramos por evangelismo ¿hacemos algo para que los necesitados espirituales escuchen el evangelio de salvación o nos quedamos en nuestra casa esperando que otro lo haga? Recordemos que fuimos elegidos con un propósito 1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”

Cuando un hermano sale a hacer la obra de evangelismo a otros lados, sabiendo que necesita recursos económicos para comer, para dormir, para moverse ¿Le damos dinero de nuestro bolsillo, o solo oramos por esa buena obra? Romanos 10:15 dice “¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” Las palabras solas no sirven, la fe y el amor se demuestra con hechos caso contrario es una fe muerta.



III. LA FE QUE SALVA PRODUCE OBRAS        VISIBLES (v.18)

En este versículo Santiago presenta un dialogo imaginario entre dos cristianos. El primero considera a la fe y las obras como algo separado al decir “Tú tienes fe, y yo tengo obras” y la respuesta ante esto fue "Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras". Esa es la única manera verídica de probar la existencia de la fe (algo invisible) en nosotros es por medio de obras (visibles).


La fe y las obras no se pueden separar, son como los remos de un bote, se necesitan ambos para llevarlo al lugar que uno quiere. Con uno solo lo único que se logra es dar vueltas en círculo o ir de un lado para otro. Así es con la fe y las obras son compañeras, trabajan juntas. Cualquiera puede profesar su fe, pero solo las obras demostraran su autenticidad. Lo que usted realmente cree saldrá a relucir en las cosas que hace.


IV. LA FE DEMONIACA (v.19)

Este versículo nos revela otra clase de fe que no sirve, la fe demoniaca. Aquí Santiago nos enseña que los demonios también creen en Dios, y no solo creen sino que tiemblan. Pero, aunque los demonios crean en Dios ¿podemos pensar que se salvarán? ¿Harán los demonios lo que Dios pide? Obviamente no.

Con este ejemplo Santiago quiere decir que solamente con creer en Dios y en el Señor Jesús uno no se salva. Leamos lo que dice el Señor en Mateo 7:21 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” Según este texto ¿Tener fe en el Señor Jesús es suficiente para salvarnos? De ninguna manera. Para salvarnos debemos creer en el Señor Jesús y hacer la voluntad del Padre.

El Señor Jesús va a salvar solamente a los que le obedecen: Hebreos 5:9 “y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen”

¿Y qué sucederá con los que no le obedecen? Serán condenados como dice 1 Tesalonicenses 1:8-9 “8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” ¿Podrá su fe salvarle si no obedece a Cristo?


 V. LA FE VIVA, LA FE QUE SALVA (vs. 20-25)

V.20 “¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” Santiago para demostrar que la fe sola no salva, recurre a dos ejemplos del Antiguo Testamento y cita a Abraham (v.21-23) y a Rahab, la ramera. En el versículo 24 declara que ambos fueron justificados (salvados) por la fe y las obras que hicieron.

¿Qué obras hicieron para ser salvados?


Abraham ofreció a Dios su único hijo a Isaac. Su fe en Dios lo llevo a levantar el cuchillo para sacrificar a Isaac en obediencia a lo que Dios le había pedido, y creía que Dios lo podía levantar de los muertos. Pero Dios no dejo que lo haga, le proveyó un substituto para el sacrificio (Vea Génesis 22 y Hebreos 11:17-19) La fe de este hombre salió a relucir en sus acciones.

Rahab vivía en Jericó, ciudad que iba a ser tomada por los Israelitas (Vea Josué 2). A su casa llegaron dos espías israelitas a hospedarse, enviados por Josué. El rey de Jericó se entero de esto y le dijo a Rahab que los entregue. Pero esta no los delato, sino que los escondió y les ayudo a escapar salvándolos. Esta mujer arriesgo su vida por proteger a esos dos israelitas, porque sabía del poder del Dios y creyó en el. Por este acto ella y su familia fueron salvadas cuando se destruyo la ciudad. A Rahab también se la nombra en la genealogía del Señor Jesucristo en Mateo 1:5 y en Hebreos 11:31

VI. CONCLUSIÓN

Santiago concluye su enseñanza comparando la fe sin obras con un cuerpo muerto v.26 “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”. El cuerpo, carente de su espíritu, no sirve de nada, solo es un cadáver.

Santiago nos presento tres tipos de fe: la fe muerta, la fe demoníaca y la fe que salva (la fe que obra) ¿Qué clase de fe tiene usted? ¿Podrá su fe salvarle?

Si aun no está en Cristo, lamentablemente tengo que decirle que su fe es una fe muerta, por más que crea en el Señor Jesús esa clase de fe le conducirá a la condenación eterna. ¿Qué debe hacer para cambiar su situación? Obedecer al Señor Jesucristo, solo tiene que arrepentirse de sus pecados y bautizarse como lo dicen estos dos textos:

- Marcos 16:16 “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

- Hechos 2:38 “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”

Si luego de oír este sermón usted desea bautizarse póngase en contacto con nosotros y gustosamente le asistiremos. ¡Hoy es día de salvación!

Hasta aquí llego yo con este tema. Me despido citando las palabras del Señor Jesús El que tenga oídos para oír, oiga 

- El Señor viene -


Por : Carlos Benavides 

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