¿SON DE DIOS TODAS LAS DIFERENTES
IGLESIAS?
Algunos dicen: "No importa a qué iglesia se asiste siempre y cuan-
do sea una iglesia fuertemente basada en la Biblia. Cualquier de-
nominación "cristiana" es provechosa ya que todos servimos al
mismo Dios y nos dirigimos al mismo lugar”. Sin embargo, el
creer que todas las denominaciones son de Dios nos lleva a varias
conclusiones falsas; consideremos algunas de ellas:
I. SI TODAS LAS DIFERENTES IGLESIAS SON DE
DIOS, ENTONCES DIOS APRUEBA LA DIVISIÓN
RELIGIOSA.
El denominacionalismo promueve la división al decir que
cada denominación tiene derecho a sus propias creencias
y prácticas distintivas. En contraste, Jesús oró para que
todos sus seguidores estuvieran unidos en la misma doc-
trina y la práctica (Juan 17:20,21). Él dijo, ". . . que todos
sean uno; como tú, oh Padre, en Mí, y yo en Ti”. ¿Qué ti-
po de unidad es la que tiene el Padre y Jesús? ¿Es Dios el
Padre Metodista y Jesús Bautista y el Espíritu Santo un
Pentecostal? ¿Cree el Padre en el bautismo por rociamien-
to y Jesús en el bautismo por inmersión, y el Espíritu San-
to que el bautismo no es necesario? ¿Es esta la unidad
que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?
¿Están de acuerdo en aceptar sus diferencias y mantenerse
en desacuerdo?
El denominacionalismo nos presenta a un Cristo dividido,
pero ¡Dios detesta la división! La Biblia califica a los re-
ligiosos que siguen a los hombres como “carnales” (1
Co.1:12,13; 3:4). Cuando Pablo vio las evidentes divisio-
nes en Corinto, no dijo: "Bueno, los que me siguen a mí,
pueden congregarse en este barrio de Corinto y los que si-
guen a Cefas pueden conseguir un edificio un poco más
adelante y los que siguen a Apolos pueden alquilar la casa
comunal para reunirse los domingos ".
En lugar de esto, Pablo manda que TODOS hablen una
misma cosa y que estén perfectamente unidos (1 Co.1:10).
Durante varias décadas después de que Jesús estableció su
iglesia, ¡no hubo ninguna denominación! Cada iglesia local
era igual en doctrina, en nombre y práctica. En la antigua
iglesia del Nuevo Testamento, cada congregación enseña-
ba lo mismo (1 Co.4:17). En 1 Corintios 7:17, Pablo di-
ce:“Esto ordeno en todas las iglesias”. Vemos entonces
que todas las iglesias tenían las mismas ordenanzas y
prácticas (1 Co.11:16; Ro.16: 16; Hch 2:42).
II. SI TODAS LAS DIFERENTES IGLESIAS SON DE
DIOS, ENTONCES EL HOMBRE PUEDE ESCOGER SU
PROPIO CAMINO AL CIELO.
No hay muchos caminos al cielo. Jesús dio sólo un plan de
salvación. Somos salvos por gracia mediante la fe (Efesios
2: 8,9). Jesús enseñó que la fe sola es insuficiente cuando
dijo: "El que creyere y fuere bautizado, será salvo" (Mr.
16:16). Además de la creencia, también el arrepentimiento
y la confesión son condiciones para recibir la salvación
(Hch.3:19; Ro.10:9,10).
Dios otorga gratuitamente al creyente sumiso el regalo de
la salvación cuando cumple con los cuatro pasos anteriores.
¿Cómo pueden las denominaciones "evangélicas" ser de
Dios, e ignorar versos como los anteriores los cuales clara-
mente mencionan otros prerrequisitos indispensables para
la salvación aparte de la simple creencia? Debemos tomar
la "suma" de los pensamientos de Dios sobre este asunto
(Sal.139:17).
Las denominaciones que enseñan que la salvación es por
“fe sola" y por la "oración del pecador" no son de Dios por-
que están enseñando un evangelio distorsionado (Gá.1:6-9)
III. SI TODAS LAS DIFERENTES IGLESIAS SON DE DIOS,
ENTONCES DIOS SALVARÁ A TODO HOMBRE QUE
CREA EN JESÚS, SIN IMPORTAR QUE MÁS CREE O
PRACTICA
No es suficiente creer en Jesús o asistir a alguna iglesia de
las muchas que hay (Heb.10: 25). Es importante también el
lugar adónde asistimos. Dios no nos ha dado la opción de
seleccionar la iglesia que más "satisfaga nuestras necesida-
des." Tenemos que asistir a la iglesia que adora de la forma
que Él indica. Jesús dijo que debemos adorar a Dios “en
espíritu y en verdad” (Jn.4:23,24)
Dios ha provisto instrucciones claras y precisas sobre cómo
Él desea ser adorado. Él quiere que nos reunamos los do-
mingos para partir el pan y beber de la copa en memoria de
la muerte de Jesús (Hechos 20:7; 1 Co.11:23-26). También
nos manda el recoger la ofrenda los días domingo (1 Co.16:
2). Dios asimismo desea que el canto sea congregacional y
sin acompañamiento instrumental (Efesios 5: 19; Col.3:16);
y que sólo los varones presidan en las asambleas y que la
mujer guarde silencio (1 Co.14: 33-35; 1 Ti.2: 11-14).
¿Adora a Dios su denominación de la manera antes descrita? Mu-
chos de los que creen en Jesús estarán perdidos porque siguieron su
propia voluntad, y no la del Padre (Mt. 7:21-23). Imploramos a cada
persona que lee este tratado a abandonar el sectarismo, y buscar la
iglesia original que Jesús edificó, la que sigue sus enseñanzas ge-
nuinas (Mt.16: 18). Amigo, usted no puede amar a Jesús y promo-
ver el denominacionalismo! Recuerde que Dios detesta la división y
el sectarismo, ¡cosa que también debemos hacer! No olvide, Cristo
ama a su Iglesia y murió por ella (Efesios 5:25). De usted depende
el encontrar la iglesia por la que Jesús murió y convertirse en parte
de ella para poder ser salvo (Ef.5:23).
Por: Carlos Benavides
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