IGLESIA DE CRISTO

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ESTUDIOS BÍBLICOS

miércoles, 4 de enero de 2023

LIBERANDONOS DEL MIEDO

 Tema ;


 LIBERANDONOS DEL MIEDO 


2 Timoteo 1:7

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

El miedo o temor y la fobia son los enemigos más peligrosos del hombre; son las armas más efectivas que utiliza el enemigo para mantener a la humanidad esclavizada. A causa de estos monstruos hay personas en todas las naciones, sufriendo destrucción material, degradación moral y aniquilación espiritual.

El problema que más a menudo presentan las personas provenientes de toda nación, raza, color y sexo, es el miedo. Éste incluye en cada una de las áreas de la actividad humana, como son: las finanzas, la industria, el gobierno y la iglesia, entre otros.

El miedo no respeta a ninguna persona, cualquiera que sea su clase social; este enemigo invisible ataca a niños, jóvenes, adultos, ancianos, hombres y mujeres en todo el mundo.

¿Qué es el miedo o temor?

El concepto de miedo viene del vocablo griego phobos, que significa temor, espanto, o terror. Otro vocablo griego es la palabra deilía, que significa cobardía o timidez.

Estos dos conceptos aluden al temor, espanto, o miedo tan grande pero también sugieren timidez, cobardía y vergüenza.

Diferencia entre cobardía y valiente:

¿Quién es un cobarde?

Es alguien que carece de valor, que tiene miedo o temor de actuar y por lo tanto no actúa porque el temor o miedo lo paraliza.

¿Quién es un valiente?

Es alguien esforzado, decidido y vigoroso; una persona que también siente miedo, pero se sobrepone, y pese a todo, decide a actuar y creer.

¿Cuál es la definición bíblica de miedo?

Según la palabra de Dios, el miedo es un espíritu malo, de espanto y terror que frena nuestro actuar, y nos hace huir de los desafíos que nos presenta la vida. Junto a él viene la intimidación, que causa que actuemos con cobardía y vergüenza. Su meta final es atemorizarnos, esclavizarnos y castigarnos física, emocional y espiritualmente.

El apóstol Pablo dice sobre el miedo:

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! Romanos 8:15

Mientras que el apóstol sigue diciendo:

"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio". 2 Timoteo 1:7

Por otro lado, la definición bíblica de miedo o temor, es contraria a lo que todos piensan que es una emoción negativa del hombre, una sensación de alerta y angustia provocadas por él mismo. La Escritura es clara y afirma que el miedo es un espíritu malo; por tanto, la única forma de tratarlo es usando armas espirituales.

En resumen, lo que estamos diciendo es que, cuando el espíritu de miedo o temor opera, causa que esa persona huya de los desafíos, de la vida, de la gente, del éxito, incluso de las responsabilidades que vienen relacionadas.

El espíritu de miedo hace que se sienta intimidada, se acobarde ante las circunstancias de la vida e impide que actúe. ¡El miedo esclaviza y paraliza! El miedo nos impide actuar.

Es interesante saber que la Biblia coloca a los cobardes en la misma categoría de los incrédulos, los abominables y los homicidas.

"Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda". Apocalipsis 21:8

La pregunta es: ¿por qué lo hace?


Porque la palabra enseña que todo lo que no proviene de fe es pecado.


"Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado". Romanos 14:23


Porque la fe sin obras es muerta. La fe sin una acción correspondiente, es muerta.


El miedo o temor nos paraliza y no nos deja actuar, por tanto, mata nuestra fe; y todo lo que no proviene de fe es pecado.

Es por esta razón que los cobardes no entrarán al Reino de los cielos y serán castigados en el fuego eterno, por no actuar y creer.

El cobarde es alguien que no actúa, que no hace las cosas por fe; es alguien que no interviene en tiempos de crisis, cuando hay problemas difíciles de resolver o cuando se encuentra en medio del peligro. Por el contrario, es un individuo que huye y no actúa debido al miedo.

Aunque todos en algún momento nos hemos enfrentado al miedo, ése no es el problema; el problema es no actuar, es no creerle a Dios, es quedarnos paralizados. Si no actuamos a causa del miedo, entonces pasamos a formar parte de la lista a la que se refiere el libro de Apocalipsis.

Hay muchas personas que no actúan frente al llamado, otros no confrontan el peligro. Otros más no actúan para salvar a su familia o negocio, simplemente porque tienen miedo. Pero si superamos nuestros miedos y actuamos en fe, estamos haciendo una acción correspondiente.

Aunque tengamos miedo de hacer algo, hagámoslo de todos modos; sólo así obtendremos grandes resultados en nuestra vida.

Ilustración:

Los bomberos sienten miedo cada vez que se les presenta un incendio; sin embargo, mientras todo el mundo corre para salvar su vida, ellos tienen que correr en dirección a las llamas para apagarlas. Ellos hacen la acción correspondiente.

Citemos a continuación algunos síntomas que llegan a una persona cuando ésta le da cabida a pensamientos que causan miedo.


El corazón comienza a latir más rápido.


El cuerpo físico se estremece.


Algunas veces, hay temblor en las piernas.


Hay confusión mental.


Se desarrolla un malestar en el estómago.


Hay desánimo y frustración.


Sufre de preocupación constante que, después de un tiempo, se vuelve una adicción, hasta el punto de llegar a pensar que, si no está preocupado, es porque algo anda mal.


Los neurólogos enseñan que el centro de las emociones se encuentra en la parte más baja del cerebro, llamado tálamo; de allí provienen los pensamientos de miedo que propagan los impulsos nerviosos que fabrican preocupaciones y fobias imaginarias. Los miedos o temores, mayormente, se basan en situaciones o cosas imaginarias e irreales. Éstas son producidas por el espíritu de miedo que ataca nuestros pensamientos con mentiras.

Cuando leemos la Biblia nos damos cuenta que el diablo es el inventor del miedo. Es en base a éste, que sostiene todo su imperio.

14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Hebreos 2:14-15

Es totalmente cierto que el imperio de la muerte que el diablo rige, se sostiene en base al miedo o temor. El imperio del diablo antes de Cristo.

Las dos armas principales del enemigo son el temor y la mentira.

21 Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee.

22 Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín. Lucas 11:21-22

Cuando el hijo de Dios vino a la tierra como hombre, vivió 33 años y medio, caminó en perfecta obediencia, fue a la cruz, murió, y al tercer día resucitó. Por medio de la muerte, Él venció al diablo y sus demonios; destruyendo así al que tenía el imperio de la muerte. La victoria de Jesús fue gloriosa sobre el enemigo; le quitó toda autoridad y lo destronó. Dice la Escritura que el diablo tenía el imperio de la muerte, y ese imperio operaba por medio del miedo y la mentira. Pero Jesús lo venció a través de su muerte en la cruz del Calvario, y le quitó las llaves de la muerte y del Hades, para hacer a la humanidad libre del temor.

14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,

15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Colosenses 2:14-15

¿Qué hizo Jesús después que derrotó al que tenía el imperio de la muerte?

"y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Hebreos 2:15

Jesús le quito las llaves al enemigo de la muerte y el Hades.

17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Apocalipsis 1:17-18

La raíz principal del miedo es el temor a la muerte. Por eso, todo hombre y mujer, adulto, joven y anciano, que no conoce a Jesús, permanece atado por el diablo. Además, hay creyentes que por su ignorancia de la Palabra aún no han podido ser libres y continúan atados por lazos de temor. ¡Qué triste es pensar que un ser humano esté atado toda una vida, y que, por causa del temor, esté sujeto a servidumbre! Lamentablemente, ésta es la condición del mundo hoy en día.

¿Qué buenas noticias hay para ellos?

Que Jesús murió por ellos y destruyó al diablo, quien tenía autoridad sobre el imperio de la muerte, y se sostenía y se sostiene para aquellos que aún no han creído en Jesús, a través del miedo. Jesús le quitó las llaves del Hades y de la muerte, y ahora todo aquel que cree en Jesús y recibe los beneficios de su muerte y resurrección, puede ser libre de todo temor al instante.

y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Hebreos 2:15

Cuando una persona siente miedo en algún área de su vida, la raíz del problema la encontramos en el temor a la muerte. Por ejemplo, tras el temor a sufrir un accidente está en realidad el temor a las consecuencias, como: parálisis o muerte. Así, quienes temen al rechazo, se esconden para no exponerse al dolor a ser rechazados, ya que eso conlleva la muerte de su ego.

No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Apocalipsis 2:10

Cuando alguien siente temor de perder a su cónyuge, su casa, su negocio, un divorcio, incluso su salud, lo que refleja es inseguridad acerca del mañana o temor a lo que va a decir la gente. Imaginan: "Si me muero, qué será de mis hijos", "si pierdo mi negocio, me quedaré en la calle". Hay un temor a la muerte física y a lo que sucederá después. "Ofenderán mi ego, y yo no quiero pasar esa vergüenza". Temen el "qué dirán", pero sobre todo temen perder su reputación.

¿Cómo vencer el miedo a la muerte física y del ego?


Tenemos que morir a nuestra vieja manera de vivir y a nuestro ego.


"De cierto, de cierto os digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto". Juan 12:24

Tenemos que tomar la decisión de morir a nuestro viejo hombre para que podamos dar fruto. Tal como la semilla de un árbol, al caer en tierra, debe morir primero para luego dar vida a un nuevo árbol con nuevos frutos; de la misma manera, debemos contribuir activamente para que toda preocupación por nuestro ego muera, todo intento de que nuestro viejo hombre sobreviva, sea exterminado.


Entregar todo a Jesús haciendo un intercambio de vidas.


"El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará". Juan 12:25

En el verso anterior, el Señor nos dice que todo temor tiene su raíz en el miedo a perder la vida temporal en esta tierra, (la vida del viejo hombre).

Jesús nos dice: "si quieres ganar la vida, la vida nueva y abundante que Yo tengo para ti, sin miedo y sin temor, entonces tienes que entregar tu vida vieja, incluyendo todo lo que está a su alrededor. ¡Toda esa vida temporal aquí en la tierra, entrégamela, dámela, ríndela!"

Por ejemplo: Entrégame tu reputación, entrégame tus bienes, tu dinero, tu salud, tu familia, tus hijos, tu futuro. Entrégame todo aquello que tengas miedo perder, aun tu trabajo. Cuando me hayas dado todo, entonces, podrás descansar en mí.

Yo te daré la vida eterna, la vida abundante, en la cual no sentirás temor. A partir de ese momento, cuando el diablo venga y le ataque diciendo:

"Te voy a quitar la vida", usted le dirá: "mi vida le pertenece a Jesús".

Si le dice: "voy a destruir a tus hijos", usted responderá: "ya le entregué mis hijos a Jesús, y en él, no los puedes tocar".

Cuando le diga: "la gente te va a criticar, te van a rechazar", usted dirá: "yo estoy muerto a la crítica y al rechazo; esa era mi vida vieja y ya se la entregué al Señor, por tanto, la crítica no me puede detener ni destruir".

Si usted ha muerto a su vida temporal, a su vida vieja, esto es, al viejo hombre, entonces entréguele su casa, salud, familia, negocios, trabajo, finanzas, en fin, todo cuanto crea poseer, y confíe en Dios... Él es quien le guarda y le cuida, pero, sobre todo, Él es quien está con usted bajo cualquier circunstancia.

"El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará". Juan 12:25

Ya no nos podemos preocupar, ni podemos amar nuestra vieja manera de vivir. Tenemos que llegar al punto de despreciar el ego que mora en nuestro interior. Debemos odiar esa vida donde prevalece el hombre carnal y no tiene cabida el hombre espiritual. Debemos amar la vida nueva en Cristo.

¡Debemos hacer un intercambio de vidas!

Nosotros le entregamos a Jesús nuestra vieja vida y Él nos da a cambio una nueva vida.

Recuerde que la raíz de todo temor, consiste en el miedo a la muerte física o a la muerte del ego. Pero si le damos a Dios todo aquello que tememos perder, entonces viviremos confiados en Dios y no temeremos.

Ilustración:

Durante un viaje misionero a Haití, mi primera nación en ir a predicar, mi compañero y yo estuvimos retenidos del otro lado de la frontera sin poder cruzar al territorio dominicano por varias horas, habían cerrado las puertas. A causa de una redada militar de la guardia haitiana en aquella nación, pues un militar estadounidense perteneciente a una ONG Internacional había abuzado de un niño haitiano, recuerdo como corrían las personas buscándole, militares apuntando con sus armas, ese tiempo fue más que suficiente para probar si tenía o no miedo a la muerte. Reconozco que, por un momento, sí pasaron muchos pensamientos por mi cabeza, (mi familia, como iba volver, etc..) pero inmediatamente comencé a orar en el espíritu, y supe en mi corazón que no era el tiempo para morir. Continué orando, mientras todo se calmaba lentamente, terminaron abriéndonos las puertas, y saliendo de noche en dos motocicletas; entonces una paz vino a mi corazón, la cual me llevó a la siguiente conclusión:

Si es mi tiempo, muero con Jesús, voy al cielo, y Dios cuida de mi familia. Si no es mi tiempo, nada me va a pasar. En ese momento dije, "Señor, te entrego toda mi vida y reconozco que tú tienes el control de todo". Después de aquellas largas horas, normalmente todos salimos ilesos. ¡Dios nos guardó y nos protegió!

Ahora, después de haber vivido esa experiencia, no tengo miedo ir a ningún lugar del mundo, donde Dios me envíe, aunque sea peligroso. Entendí que mi vida se la entregué a Dios, y por eso, no me importa morir.

Cuando usted tome la decisión de entregar su vida vieja y temporal a Dios, llegado el momento de la prueba, su corazón estará preparado y no tendrá temor.

Una de las primeras cosas que debemos saber y entender es que Dios nos libra de todo temor. Sin embargo, enseguida usted encontrará una lista de los miedos, temores o fobias más comunes que atacan a la gente:


Temor a la muerte


Miedo a enfermarse


Fobia a la oscuridad


Miedo al diablo y sus demonios


Temor a lo desconocido


Temor a la gente y a ser rechazado por la gente


Temor a estar solo


Temor a mayores responsabilidades


Miedo a hablar en público


Temor a una enfermedad terminal


Miedo a los accidentes


Miedo a fracasar


Temor a perder todo en la vida


Temor al futuro


Fobia a los animales e insectos


Fobia al agua y al fuego


Temor a caer en pecado y nunca volver a levantarse


Fobia a las alturas


Una promesa de Dios poderosa para nosotros es esta:

"Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores". Salmos 34:4

Existe una enorme cantidad de miedos en el mundo. He aquí algunos:

Ataques físicos.

1. Hay un sinnúmero de personas que viven en angustia porque temen enfrentarse a enfermedades, como el cáncer, el sida y otras de alta gravedad. Gastan millones de pesos tratando de prevenir enfermedades de las cuales ni siquiera están enfermos realmente.

Eventualmente, cuando una persona vive con ese miedo por tantos años, le abre las puertas al espíritu de enfermedad; entonces sí, realmente se enferma. Prueba de esto son los avances médicos que han descubierto que el miedo puede causar úlceras en el estómago, insomnio, ataques de nervios, pánico, depresión y puede también contribuir a la hipertensión.

2. Ataques mentales

La mente del hombre es el campo de batalla, donde el enemigo envía pensamientos de temor. Usted y yo sabemos que es imposible "sentir pensamientos". Pero sí es posible llegar a sentir los cambios físicos causados por un pensamiento, que afecta nuestras emociones y nuestra voluntad. Incluso, estos causan efectos colaterales en nuestra humanidad, muchos de los cuales suelen ser menos visibles.

¿Qué hacer cuando es atacado por el enemigo con pensamientos de miedo?

"derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo". 2 Corintios 10:5

En el momento que llegue el pensamiento a su mente, diga: "Padre Celestial, yo reprendo todo temor y llevo cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo Jesús".

No entretenga esos malos pensamientos; repréndalos con su boca, use la palabra de Dios y cúbrase con la sangre de Cristo.

La Palabra de Dios nos manda a tener una mente equilibrada, disciplinada y controlada.

"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio". 2 Timoteo 1:7

Oración: Padre libérame de todo miedo, de temores y fobia, trae sobre mi sanidad interior y liberación del miedo, soy libre del miedo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amen


Por : Carlos Benavides 


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